Con su artículo “El gran desafío de ser Unidos y Organizados”, publicado el domingo 21 de octubre en Tiempo Argentino, Hernán Brienza escribe y quizá logra que su palabra llegue a los lugares donde se toman las decisiones más importantes de América Latina, recordemos que tanto Chávez como Cristina han recomendado su libro “El loco Dorrego”, por lo que es un escritor que merece que le prestemos atención. En dicho texto realiza un análisis del kirchnerismo, de su política de alianzas, de los límites de esta, de algunas de las estructural con poder territorial, de los desafíos que el kirchnerismo tiene y describe por qué le parece fundamental una estructura como Unidos y Organizados: 1) Semillero de dirigentes a corto, mediano y largo plazo. 2) Control de calidad ideológica en los diferentes territorios. 3) Puja de espacios propios en territorios asociados. 4) Estructuras propias en aquellos territorios hostiles. 5) Una relación más sincera con los requechos neoliberales del Justicialismo en diferentes espacios y una invitación a los sectores no justicialistas del kirchnerismo. Es decir, un lugar de contención. 6) Un andamiaje político que permita la discusión, el debate y la fijación de objetivos para construir política propia, pase lo que pase, en el 2015 y 2019. 7) Un despeje de X ideológicas hacia adentro y hacia afuera del peronismo. Retomando algunas de las preguntas planteadas en el artículo y algunas de las afirmaciones vertidas, intentaré hacer un aporte.
Brienza
elige comenzar su artículo señalando la trascendencia de los actos que
realizó Unidos y Organizados en Jujuy y Córdoba, y los señala como una
“foto epocal”, acertadamente, porque una foto como esa es propia de la
época que estamos atravesando, pero no debemos perder de vista el
contexto de esa época, es decir, lo que está del otro lado del texto, de
un lado los hechos pasados, que al nombrarlos en el presente hacemos
historia, y del otro los hechos por venir, los deseados y no deseados,
sobre los que se habla sin que hayan acontecido.
El compañero señala que “el kirchnerismo tiene hoy un desafío real (que) es la construcción de un aparato orgánico y ágil que atraviese los armados nacionales y provinciales del Partido Justicialista. No se trata exactamente de la transversalidad fallida de los primeros años sino de una herramienta que permita entrar y salir en las estructuras de poder territoriales. Hoy todo kirchnerista que se precie y tenga ganas de participar políticamente debería acercarse a esa formación en obra y construcción.”
Considero
que el desafío que plantea no es un desafío actual, sino que el
kirchnerismo lo reconoció como prioridad recién asumido su mandato allá
por el 2003. Por mi parte no considero que la transversalidad haya sido
fallida, ya que para muchos esa apertura fue la que le posibilitó a
Néstor Kirchner ser escuchados por aquellos que no escuchaban, ni
escuchábamos, a gobernadores del justicialismo. Recordemos que esa
transversalidad le quitó dos competidores a Ibarra, Bielsa y Béliz, en
la elección que le ganó a Macri en el 2003. ¿Hubiera ganado sin el apoyo
de Kirchner? Escribo Kirchner y no kirchnerismo, porque considero que
hasta el 2008 la identidad kirchnerista, el reconocerse parte del
kirchnerismo, era propio sólo de los santacruceños. Creo que
precisamente fue esa transversalidad la que le permitió entrar en las
estructuras de poder territoriales, las cuales no se circunscribían a
los ejecutivos locales, ni a las estructuras que les permitían
sostenerse en los lugares de poder, sino que estructuras de poder
territorial en el 2003 eran los movimientos piqueteros, devenidos en
movimientos sociales. Defino el poder como la capacidad de condicionar
el accionar de otro, y los movimientos piqueteros, las incipientes
organizaciones sociales, tenían esa capacidad. Recordemos que un piquete
a un intendente le problematizaba su gobernabilidad.¿Serían parte de
Unidos y Organizados sin esa convocatoria transversal que les realizó
Kirchner? La transversalidad del kirchnerismo fue más allá de Binner,
Juez e Ibarra. Por eso no considero que “aquel kirchnerista que se
precie como tal debe acercarse a Unidos y Organizados”, si por eso
entendemos que debe sumarse a algunas de sus partes, de hecho la
conductora de ese espacio llamó a participar en donde cada uno esté y
ello, creo, se debe a la comprensión histórica del kirchnerismo de
reconocer de dónde venimos, que venimos de años de descreimiento del
valor transformador de las estructuras orgánicas. Si por acercarse
entendemos estar del mismo lado, considero que el 54% demuestra lo
acertado del análisis de Brienza.
El
artículo continúa con un análisis, que a mi criterio, abreva en las
costas de la estigmatización del justicialismo, sin intensiones, me
parece, de hacerlo. “Desde hace varios lustros, el Justicialismo se ha
convertido en poco más que una liga de gobernadores –que recuerda mucho a
la experiencia roquista de los años ochenta del siglo XIX–, en la que
los ejecutivos provinciales tienen bien engarzados todos los resortes
del poder local y se convierten en elementos de la inmovilidad política,
económica y social.” Respecto a los recuerdos que le evoca esa
experiencia nada tengo para decir, pero considero que nuevamente se
queda en la foto, una imagen precisa, pero que debemos contextualizar.
Desde la dictadura hasta el kirchnerismo se demonizó el justicialismo,
se lo hizo sinónimo del partido justicialista. Fue tal el daño que nos
han hecho, no sólo vaciaron las bocas de millones, y cuando digo
vaciaron no es sólo por la falta de comida, sino que a millones se le
cayeron los dientes, eso es la miseria, personas sin dientes. Pero
además, nos llenaron la boca de palabras vaciadas se su pretendido
significado original. Esto lo podemos observar en la película “4 de
julio” sobre el asesinato de los curas palotinos. En una escena los
protagonistas de esa historia están frente a un televisor escuchando una
entrevista al Padre Mujica y uno dice “opresión, imperialismo, patrón,
desaparecieron esas palabras del discurso actual.” Fue hacía allí, hacia
donde el justicialismo no era sinónimo de PJ, a donde apuntó Kirchner
con su transversalidad y ahí fue en busca del FTV conducido por D´Elia,
la CTA, el MTD conducido por Pérsico, la Tupac Amarú, por nombrar
algunos de los que hoy están en el kirchnerismo y en el 2003 no lo
estaban. Aquellos, que como Kirchner, no sólo le daban otro sentido al
justicialismo sino que luchaban por recuperar un sentido para mucho
perdido, el sentido de la política.
Brienza
describiendo las estructuras de poder gubernamental de las provincias y
los municipios, interpela la política de alianzas del kirchnerismo.
“Salvo algunos pocos ejemplos, el resto de los gobernadores ha decidido
alambrar su territorio y llevar adelante una política de acercamiento
presupuestario y alejamiento ideológico y político. Uno puede recorrer
las provincias y sorprenderse preguntándose “¿Qué tiene que ver la política nacional kirchnerista con lo que estoy viendo en esta provincia o en este municipio?”
Es
cierto que muchos gobernadores tienen alambrado sus territorios, lo que
también es cierto es que el alambre es anterior a este proceso. Lo
mismo respecto al acercamiento presupuestario, es cierto que los
gobernadores precisan estar cerca del gobierno nacional para poder
llevar adelante aquello para lo que los han votado, gobernar, y no se
puede gobernar, es decir, resolver los problemas de las personas sin
presupuesto. ¿Qué otra razón llevó a Kirchner a aquellas expresiones
como gobernador, de la que algunos se sirven para querer pegarlo al
menemismo? Ese acercamiento presupuestario lo que le permite al
kirchnerismo es un acercamiento ideológico y político a la población,
porque la ejecución presupuestaria de cualquier gobierno da cuenta de
ideología y política. Así podemos acercarnos a una respuesta a la
valiosa pregunta que Brienza nos plantea. Pero mejor la responde la
política nacional kirchnerista, que la vemos en tal provincia o aquel
municipio, excluyo la CABA, en obras, en menos comedores, en menos pibes
en patas, en el aumento de la matrícula escolar con su correspondiente
construcción de escuelas. La transversalidad del kirchnerismo radica en
atravesar, en haber atravesado esas estructuras para llegar directamente
a los que más lo necesitan; que Brienza lo señala, no como
transversalidad. De eso se trató la decisión de Kirchner de interactuar
directamente con los intendentes sin pasar por los gobernadores, para
que llegue lo que tiene que llegar a quien le tiene que llegar. La
crisis del 2001 posicionó a los intendentes de otra manera en la
política nacional, porque eran los que tenían que apagar el fuego,
literal, que se encendía en sus territorios.
Brienza
reconoce las dificultades de construcción política con “las
idiosincrasias conservadoras y francamente retardatarias de muchas
oligarquías provinciales”, que, agrego, generan sociedades
conservadoras. Me resulta muy valiosa su pregunta “¿Llega pleno el kirchnerismo a las provincias o llega cansado y sin posibilidad de cambiar la realidad de esos territorios?”,
pero no comparto su afirmación de que el “kirchnerismo no logra
penetrar en muchos rincones del país.” Sincera que no plantea “hacer un
progresismo a la bartola”, pero acto seguido señala “es preciso decir que hay que
redoblar la apuesta a la batalla cultural” y ahí aparece un dejo
voluntarista en su “hay que” y por otro lado su “es preciso decir” que
me recuerda, a José Pablo Feinmann “saliendo a decir”, como si porque
los demás no lo hayan dicho no lo vieran o supieran. Porque más preciso
que decir es hacer y lo que él hace es un valioso aporte, que como todo
aporte, nunca es completo, quisiera decir algo, porque considero preciso
decir, respecto al kirchnerismo “en todos los rincones del país, hasta
los más alejados.” Me atrevo a la osadía de afirmar que se debe a
desconocimiento lo que dijo, porque tuve la posibilidad de ir hasta esos
rincones más alejados a los que Brienza hace referencia, trabajando en
la Unidad Ministro del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación,
trabajo del que dio cuenta el semanario Miradas al Sur en un artículo
titulado “No tan impenetrable” http://sur.infonews.com/notas/no-tan-impenetrable
En dicha nota la periodista narra el trabajo realizado en el
Impenetrable salteño, con comunidades wichis, las cuales viven en
condiciones mejores que las de hace diez años, pero las que aún se deben
mejorar. Allí también llegó el kirchnerismo. ¿Cómo? Lo voy a contar con
dos anécdotas: la primera, en una cena con el intendente de “Santa
Victoria Este”, una casa muy sencilla, de las que el imaginario de las
grandes urbes no asocia con la casa de un intendente en un municipio
que no tiene recaudación impositiva, y ante mi pregunta de cómo impactó
el kirchnerismo me respondió “antes el ANSES giraba 300.000 pesos para
jubilaciones y pensiones, desde la Asignación Universal por Hijo hay
3.000.000 circulando acá, y lo ves en la construcción de las casas, el
vecino que se puso un negocio, la feria que se arma en la plaza cuando
es fecha de cobro”; la segunda, en una charla con caciques y
representantes de la distintas comunidades wichis, a los que les hice la
misma pregunta, y uno me respondió “Es la primera vez que al bolsillo
del wichi le llega plata, antes sólo metíamos algarroba, semillas. Yo
digo que los wichis, acá, somos peronistas, porque un gobernador
peronista fue el primero que se nos acercó (Miguel Ragone, gobernador de
Salta desaparecido) y porque este es el primer gobierno que nos otorgó
beneficios, que construye escuelas donde vivimos (paradores literalmente
en el medio del monte)”
Brienza acierta cuando dice que “no son muchos los gobernadores que tienen vocación para enfrentarse con las corporaciones económicas que dominan
–monopólicamente– esas provincias. Pero esto no es lo que El
kirchnerismo proclama en el ámbito nacional, sino todo lo contrario: No
se trata de anticapitalismo barato –dado el mapa actual de condiciones
objetivas y subjetivas para la revolución–, pero sí de devolverle a los Estados su potestad y soberanía frente al mercado.” Sin
lugar a dudas que la razón de la identidad kirchnerista es haberle
devuelto al Estado su potestad y soberanía frente al mercado. El
kirchnerismo como identidad a nivel nacional surgió con la 125. No
comparto lo que Brienza dice que le dirán, respecto al señalamiento
anterior, “que en este punto mi planteo es ingenuo y que la política es
sencillamente acumulación y distribución de recursos, y es posible que
lo sea”, si creo, como él que “si fuera simplemente eso, no sería tan
apasionante. Y si apasiona, ergo, es algo más que eso.” Como
diría al que todo le hacen decir, la única verdad es la realidad, que
lo traducimos por: hacemos con lo que tenemos. Y la política se trata de
con lo que hay hacer otra cosa. Hay corporaciones, las hay y las habrá,
porque el corporativismo está en las profesiones, en los deportes, en
la cultura, también en la política partidaria y el sindicalismo. Por eso
no se trata de combatir las corporaciones por su razón de ser, sino
cuando las mismas impidan o estorben la toma de decisiones de quien esté
al frente del ejecutivo nacional dentro de un proyecto nacional y
popular. Si la corporación que marca precios, se pone del lado de las
mayorías. ¿Las vamos a combatir? Como esto no ha sucedido, ahí está
Moreno para condicionarles su accionar, es decir, su poder.
De
un modo sencillo y claro, a través de la teoría de conjuntos, Brienza
marca que se puede ser peronista sin ser kirchnerista y ser kirchnerista
sin ser peronista. Lo que es cierto, así como también que no hay
kirchnerismo sin peronismo. “¡Si el movimiento jamás ha sido sectario ni
excluyente! Cuando nosotros formamos el Movimiento peronista en
1944-45, vinieron hombres de todas las proveniencias, del partido
comunista y del partido conservador también, entre medio de todos los
demás, todas las gentes que no estaban conformes con el estado de cosas
que se vivía como ocurre ahora, y que querían incluirse en esa acción de
opinión pública masiva para voltear ese estado de cosas y crear un
nuevo estado de cosas. ¿De dónde iban a salir peronistas, si no existía
el peronismo? Y hoy existe el peronismo y la gente quiere venir al
peronismo ¡Cómo le vamos a decir que no! Que este tipo ha sido
comunista, bueno, si nosotros incorporamos un montón de comunistas y han
sido buenos peronistas, el tipo era conservador y ahora quiere ser
peronista ¡Venga amigo! Incorpórese usted al Movimiento y será dentro
del Movimiento, lo que sus condiciones humanas, mentales y sentimentales
tenga allí, en el Movimiento. En política, lo más estúpido que hay es
el que quiere elegir sólo lo que le gusta a él, política es el medio, el
fin es llegar al gobierno, todo ese medio es un proceso cuantitativo,
porque en la cantidad el voto del bueno, del malo, del rico, del pobre,
del sabio, del ignorante, en la urna, vale uno, lo que hay que hacer,
hay que llenar las urnas, lógicamente ha de tomar a todos, buenos,
malos, ricos, pobres e ignorantes, el que solamente quiere tomar los
buenos, llega con muy poquitos y con muy poquitos en política no se hace
nada.” Juan Domingo Perón (En “Diálogo con Perón”, reproducido por el
Movimiento Revolucionario Peronista, Comando Rosario, en revista Envido,
edición facsimilar de la Biblioteca Nacional). Sin todo eso que el
kirchnerismo se propuso superar, el kirchnerismo no gobierna ni
gobernaría.
Brienza establece razones por las
cuales es fundamental que el kirchnerismo tenga una estructura
estrictamente kirchnerista, lo que no se pone en discusión, pero sí que
esa estructura deba “controlar la calidad ideológica en los diferentes
territorios”. ¿Quién determina la “calidad” ideológica? Control de
calidad, termino propio de la lógica mercantilista, que tan mal le ha
hecho a la política, lo que está muy lejos de lo hecho por Brienza que
cualquiera puede identificar como un aporte para pensar el presente que
vivimos. El presente que vivimos, que habitamos con lo que el pasado nos
dejó y nos legó, no es puro, también somos sucios, feos y malos, por lo
que no debemos invocar un purismo, un kirchnerismo puro, alrededor de
Unidos y Organizados, prefiero pensarlo como el kirchnerismo propio. La
ilusión de la pureza cuando termina, deja secuelas dolorosas. Es una
conformación, como todas, con contradicciones, pero que no debemos
desear ni que las nieguen ni que las anulen, sino alojarlas para
potenciar el espacio. Las experiencias de control ideológico, de
expulsión de los desviados, llevó a la izquierda a nivel mundial a
alojarse lejos de los que menos tienen, hasta que se les volvió a
acercar, de un modo popular, como somos, llenos de contradicciones, en
América Latina.
Publicado el 24 Octubre de 2012
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