El
complejo de refinación petrolera y petroquímica, "El Supremo Sueño de
Bolívar", cuya ejecución marcha a un 25 %, quedará concluido en 2019 y
generará 5 000 empleos directos. Además de satisfacer las demandas
internas, le permitirá a la nación nicaragüense exportar derivados del
crudo por puertos del Atlántico y del Pacífico.
El gobierno
sandinista de Nicaragua continúa dando pasos hacia la satisfacción
económica y social de su población con la ayuda de la Alianza
Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
La
Asamblea General (Parlamento) acaba de aprobar la construcción del
complejo de refinación petrolera y petroquímica denominado El Supremo
Sueño de Bolívar, que cuenta con una inversión de 6 000 millones de
dólares.
La obra, que ya marcha a un 25 % de ejecución, se
levanta en la zona costera del Pacífico, en el municipio Nagarote,
departamento de León, 90 kilómetros al noroeste de Managua y cuando
concluya tendrá una capacidad para procesar 150 000 barriles de petróleo
diario.
La primera fase del megaproyecto comprende el
movimiento de tierra, construcción de tanques de alimentación, plantas
de refinación y de llenado de gas licuado. En la segunda se instalará un
oleoducto interoceánico que llevará el combustible del Pacífico al
Atlántico y en la tercera etapa se erigirán plantas para la producción
de polietileno, polipropileno y cloruro de polivinilo.
La obra
quedará concluida en 2019 y generará 5 000 empleos directos y además de
satisfacer las demandas internas, le permitirá a Nicaragua exportar
derivados del crudo por puertos del Atlántico y del Pacífico, lo cual
contribuirá al desarrollo y modernización de su economía, impulsará la
creación de nuevas obras sociales y de infraestructura, así como un
mayor desarrollo empresarial.
La mayor parte de la inversión
será sufragada por Venezuela que creó con Nicaragua la empresa mixta
Albanisa. China también participa en la ejecución.
En 2006, el
presidente venezolano Hugo Chávez comenzó a impulsar la construcción de
varias refinerías en diferentes países mediante acuerdos dentro del ALBA
y con los países pertenecientes a PETROCARIBE y PETROSUR.
La
iniciativa se debió porque para los países pobres que carecen de
yacimientos petrolíferos, el gasto y la dependencia es devastadora pues
deben importar derivados de todo tipo con los apabullantes valores que
ha alcanzado el petróleo en el mercado internacional.
Según
informaciones de organismos internacionales, de los 193 miembros plenos
de las Naciones Unidas, solo 96 tienen en sus territorios refinerías
pero más de la mitad no son dueños de las instalaciones. Las grandes
corporaciones energéticas dominan y controlan el proceso de refinación.
Venezuela ha firmado en los últimos años, acuerdos similares con Cuba,
Ecuador, Haití, Brasil, Dominica, entre otros. Chávez declaró en una
ocasión a Telesur que "en vez de tener las refinerías en el Norte, hemos
decidido tenerlas aquí, en el entorno geopolítico de nuestra América".
El reciente triunfo del presidente Daniel Ortega, en las pasadas
elecciones generales en Nicaragua le permitirá a esa nación
centroamericana continuar avanzando en sus proyectos económicos y
sociales.
Desde 2007 en que los sandinistas llegaron nuevamente
al poder después de 16 años de regímenes neoliberales y pro
estadounidenses, grandes avances han ocurrido en el país en aras de
mejorar la precaria situación que padecían sus habitantes con 70 % de la
población en la pobreza.
En los primeros cinco años de
sandinismo, la economía creció a un ritmo entre 3 % y 4 % anual,
aumentaron las exportaciones de azúcar, ganadería bovina, café, granos, y
oro, tras la reapertura de la mina La Libertad.
Asimismo, se
logró la estabilidad monetaria con aumento de reservas internacionales;
se reafirmó la política de libertad de empresas y mercados justos; se
puso énfasis en promover el aumento de la producción y el progreso
social expresado en las políticas de alivio a la pobreza y de
mejoramiento del nivel de vida de los sectores más humildes.
Como se ha hecho patente, muchas de las mejoras se han realizado con el
apoyo del ALBA. Ortega y su equipo de gobierno pusieron en marcha, desde
2007, varios programas sociales para canalizar recursos a las personas
humildes entre los que se destacan: Hambre Cero, Los Techos, Usura Cero y
el Bono Solidario para beneficio de cientos de miles de trabajadores,
jubilados, amas de casa y menores de edad.
En pocos meses, con
la ayuda de Venezuela y Cuba, sacaron al país de la profunda crisis
energética que provocaban apagones de hasta 16 horas diarias. La campaña
de alfabetización con la utilización del método cubano Yo Sí Puedo
resultó un rotundo éxito, que permitió a la UNESCO declarar a Nicaragua
en 2009 como el tercer país de América Latina libre de ese flagelo.
Se construyeron o adaptaron varias decenas de hospitales y policlínicas
con equipos de alta tecnología por todo el territorio nacional para
ofrecer servicios gratuitos a la población, a la par que miles de sus
ciudadanos recobraron la visión, sin costo alguno, mediante la Operación
Milagro, auspiciada por La Habana y Caracas.
Una enorme obra
humana fue realizada por todo el país, denominada Todos con Voz que
analizó, descubrió y comenzó a atender a personas con discapacidad o
cualquier otro problema de salud.
Ahora, con el proyecto El
Supremo Sueño de Bolívar, Nicaragua da nuevos pasos para sacar a su
pueblo de la inmensa pobreza en que durante más de un siglo lo
mantuvieron regímenes pro norteamericanos y neoliberales impuestos desde
Estados Unidos.
Por: Hedelberto López Blanch
Se publica con autorizacion del Autor y mediante una licencia de Creative Commons Respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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