¿Por qué las clases medias (o por lo menos algunos sectores de las clases medias) tienden a ser autodestructivas? ¿Por
qué suelen apoyar proyectos políticos que son contradictorios a sus
intereses? ¿Por qué, en una palabra, son funcionales a aquellos que la
quieren eliminar, que la quieren empobrecer? Estas cuestiones son
centrales en el análisis del comportamiento político de las clases
sociales.
Las denominadas clases medias ―como su propio nombre lo indica― podrían
definirse como una categoría social intermedia entre las élites
oligárquicas y burguesas y las clases populares o trabajadoras. Forman
parte de ellas individuos de muy diversa posición: profesionales
acomodados, propietarios de medios de producción pequeños y medianos,
comerciantes, rentistas e intelectuales, entre otras tantas categorías.
Tal heterogeneidad, desde ciertos puntos de vista, podría ser
contradictoria con un carácter de clase social y debería discutirse con
más profundidad. No obstante, aquí se pretende hablar de comportamientos
políticos y, para ello, es suficiente la definición más amplia y
superficial, que es la aquí propuesta: un sector intermediario entre los dominantes y los subalternos.
Esas clases medias tan heterogéneas ―precisamente por serlo― tienen
intereses muy diversos, es cierto. No quieren, ni pueden querer, lo
mismo el mediano industrial y el rentista, desde luego, pero todos
tienen en común que su éxito está íntimamente relacionado a la suerte de las clases populares. Las clases medias en el capitalismo dependen de una demanda y de un consumo en constante aumento. Y esto es lo que suelen perder de vista a la hora de buscarse representación política y proyecto de país.
En el año 2001, durante el auge de la crisis económica, social y
política, las clases medias estuvieron en peligro de extinción. Con más
del 50% de la población por debajo de la línea de pobreza, se concentró
como nunca la riqueza en pocas manos. El consumo popular se redujo al
trueque y los comerciantes no tenían a quién vender, la industria
nacional había muerto. El rico nunca compra en los almacenes de barrio y
además prefiere lo importado. Las clases populares se morían de hambre y las clases medias, en consecuencia, se fueron al tacho.
Ha pasado más de una década desde entonces. Los gobiernos populares han
logrado reactivar la economía con el aumento de la demanda por parte de
las clases trabajadoras y las clases medias florecieron: expandieron sus
negocios y abrieron nuevos; aumentaron inversiones y ganancias,
produjeron y vendieron como nunca sus mercancías; la demanda por
servicios y educación creció otro tanto, beneficiando también a los
profesionales e intelectuales; volvió también la renta y así todos los
sectores medios se vieron beneficiados. Pero poco más de una década
después, algunos parecen haber perdido de vista el proceso y piden volver al pasado.
Hay en Caseros un vecino comerciante, propietario de una rotisería de
barrio. En los últimos diez años viene contratando personal tanto para
la cocina como para el despacho. Nunca vendió tantas pizzas, milanesas y
empanadas como en la última década y como resultado de esto se ha
comprado recientemente su tercer automóvil, una camioneta Volkswagen
Amarok cero kilómetro que, de tan grande, no le entraba a la cochera.
Porque la cochera le resultó chica, aprovechó para ampliar y mejorar
toda la casa, en lo que invirtió unas cuantas decenas de miles de pesos.
Todos los hijos de este vecino comerciante, que son cuatro, o están
estudiando o ya son profesionales egresados de universidades públicas.
La rotisería cierra durante todo el mes de enero (sí, el vecino se puede
tomar 30 días de vacaciones de su propio negocio) para que propietario
pueda irse a la Costa Atlántica con toda su familia.
Aquí está la paradoja: este comerciante es cacerolero, discute
con pasión y suele protestar enérgicamente contra las políticas sociales
de redistribución de ingreso (asignaciones universales, familiares).
Considera que esas políticas solo sirven para “mantener vagos”. Tiene su
negocio en un barrio popular, a pocas cuadras del famoso Ejército de
los Andes/Fuerte Apache, pero no logra comprender que el dinero de los
“vagos” termina ingresando a su caja, puesto que son ellos, los
“cabezas” que “tienen hijos para cobrar la asignación”, los que consumen
sus productos. La oligarquía y la burguesía no frecuentan su rotisería, pero el vecino ya ha declarado que vota a Mauricio Macri, “por la excelente gestión que realizó en la Ciudad de Buenos Aires”.
¿Por qué esto es así? Ciertamente hay un componente de
mediocridad, por el que algunos individuos de las clases medias miden su
éxito no por el progreso que puedan alcanzar, sino por el fracaso de
los demás. Ya dijimos en este espacio que el mediocre no mide su
éxito por lo que logra conquistar, sino más bien por el fracaso de los
que socialmente están por debajo suyo. Además existe mucha
manipulación mediática, que abstrae la realidad y crea una paralela, en
la que un individuo puede estar muy bien y tener, a la vez, la falsa
impresión de que el país está muy mal. Lo dijo Cristina hoy, en El
Calafate: “Los medios te aíslan a vos de tu realidad y cuando miras el
mundo a tu alrededor, no existe.”
Los argentinos y los americanos de clase media en general deben empezar a
vivir la realidad real y a construir desde allí, porque la realidad
virtual de los medios de comunicación dominantes es una invitación a
retroceder a un pasado que ellos mismos necesitan dejar bien atrás.
Fuente: http://www.labatallacultural.org
El problema al que se alude es en mi modesta opinión un problema cultural, colonialismo cultural, el hecho en argentina, es que el gobierno de néstor kirchner , le dió a la clase media lo que en su oportunidad necesitaba, de ahí su aceptación popular, eso hay que aceptarlo y reconocerlo, como revertir esto no lo sé, lo que si sé es que esta derrota ha sido porque hay que cambiar la cabeza de la gente y no ser demasiado triunfalistas pensando que las agrupaciones kirchneristas son lo montoneros de los ´70. Militancia es lo que hace falta.
ResponderEliminarMas simplista no puede ser el análisis. Perfecto para la propaganda, pero muuuy lejos de la realidad
ResponderEliminarTodos los comentarios son bien recibidos, pero seria bueno que quien comenta tenga un nombre verdad?
EliminarSi bien el analisis es simplista, refleja a nustro entender un fenomeno que se ha repetido a lo largo de la historia de nuestro pais, y no se puede dejar de hacer notar el mismo, sin generalizar entendemos que hay una gran porcion de la clase media que suele perder la memoria de sus caidas toda vez que recupera el status perdido y eso nos ha llevado a repeticiones nefastas de gobiernos antipopulares.