CUANDO ESTÁ A
PUNTO DE INAUGURARSE EL XXIV CONGRESO INTERNACIONAL DE ORTOPEDIA Y
TRAUMATOLOGÍA Y SU PRESIDENTE DR. RODRIGO ÁLVAREZ CAMBRAS INVITE A
LOS ESPECIALISTAS A EXPONER SUS EXPERIENCIAS, Y ENTONCES EN
DIFERENTES LENGUAS DESCRIBAN EL IMPACTO RELEVANTE QUE HA TENIDO EN
MÁS DE 40 PAÍSES LA APLICACIÓN DE LOS FIJADORES EXTERNOS- FRUTO DE
SU INGENIO – Y DE LOS QUE SE HAN FAVORECIDOS UNOS 125 MIL
PACIENTES; Y LOS EFECTOS BENEFICIOSOS DE LA ARTROSCOPIA Y DE LA
ARTROPLASTIA TOTAL EN MIEMBROS SUPERIORES, DE LA CIRUGÍA
RECONSTRUCTIVA Y EL PROGRESO DE LAS CÉLULAS MADRES QUE SE
MULTIPLICAN EN EL IMPULSO CIENTÍFICO DE MÁS DE 300 DELEGADOS
PRESENTES Y LOS RESULTADOS DE LA ORTOPEDIA CUBANA UNA VEZ MÁS SEAN
RECONOCIDOS A NIVEL MUNDIAL, POCOS PENSARÁN EN EL HOMBRE CULTO, EN
EL PINTOR, EN EL POETA, QUE SE EMPEÑA EN REPRODUCIR COMO LAS
CÉLULAS MADRES SUS FUERZAS CREATIVAS.
LOS DÍAS
TRANSCURRIRÁN Y SE APAGARÁN LAS LUCES DE LA CLAUSURA EN ESPERA DE
UN PRÓXIMO ENCUENTRO.
ENTONCES EL PROFE
REGRESARÁ A SU HOSPITAL CON NUEVOS BRÍOS POR LA REALIZACIÓN DE
MUCHOS SUEÑOS Y LOS DÍAS SE SUCEDERÁN CON LA ENTREGA SACERDOTAL
ANTE EL DOLOR AJENO Y LOS RETOS DE SU RESPONSABILIDAD, CON LA
CERTIDUMBRE DE QUE CUMPLE CON SU DEBER, SIN ESPERAR ELOGIOS.
NATURALIDAD Y
GRANDEZA QUE POSEE UN HOMBRE BUENO Y SENCILLO QUE CULTIVA “ROSAS
BLANCAS EN JUNIO COMO EN ENERO”, Y QUE UNA MAÑANA POR LA RENDIJA
DE SU VIDA ESCUDRIÑÉ COMO SE DESGRANA SU COTIDIANIDAD Y EN PARTE
DE LA INSTITUCIÓN QUE DIRIGE, QUE INTENTO CON LA POBREZA DE MIS
PALABRAS CONVERTIR EN CRÓNICA Y QUIERO COMPARTIR CON USTEDES.
Un
15 de mayo del 2013, mes de la primavera, pudo haber sido un día
cualquiera porque todos para él son iguales, secos, lluviosos,
invernales o de verano, llegué a la oficina del Dr. Rodrigo
Álvarez Cambras por asuntos familiares, presa también de la
angustia; pero su cálida acogida disipó mi incertidumbre y temores.
Locuaz, trasmite paz y confianza. En un salón grande se amontonaba
la gente con ansiedad y con fe. Grisel Conyedo, Secretaria de
Consulta, se las arreglaba para atender amablemente a todos, pero
es frecuente se encuentre en dilemas como este: “Mire compañera
soy de Santiago de Cuba he venido en tren directo para acá porque no
tengo familia en La Habana y quiero hablar con el Dr. Álvarez
Cambras”. ¿Qué Ud. desea? pregunta Grisel. “Me caí de mis
propios pies, mi brazo no sube ni baja. Yo sé que él es el único
que puede arreglármelo.” ¿Usted trae una remisión? ¿Se ha
tratado aquí? “No yo sólo quiero verlo a él. Yo hice una promesa
a la Caridad del Cobre y sé que ella me concederá que él me
atienda. Además, mi madrina tiene hecho cuatro santos y ella me
aseguró que él me curaría porque él está bendecido por ella
porque le ha curado a muchos de sus ahijados. Yo puedo esperarlo todo
el tiempo, con esta colcha puedo en cualquier rinconcito acomodarme y
dormir aquí”. Aunque graves problemas materiales enfrentan los
hospitales y hay reclamos legítimos de la población, sin embargo el
ciudadano siente como un derecho natural el ser atendido por el
especialista de más alto nivel y exige ese derecho, no un favor.
¿Quién podría negárselo? A lo sumo convencerlo de ser atendido
por otro médico. En la psicología del paciente se fusiona la fe y
la confianza científica en el médico, cuán importante es su labor
más allá de la curación, para la salud psíquica de él y su
familia el tener la seguridad de la atención médica. Respirando
profundo me dice Grisel, puedes tener la certeza de que él atenderá
a esa señora. Ese es el espíritu, el estilo con el que nos ha
educado el Profe.
El
“Profe” como le dicen con respeto y cariño, estaba en la
víspera de un viaje a Ecuador invitado por el presidente Correa, su
paciente. Una mesa redonda con seis sillas precedía a un buró de
madera, grande, que evidentemente quien lo usa es Nidia Hernández ,
quien lleva con él 11 años como secretaria, pero que tampoco se
sienta porque todo el tiempo estuvo de pie de un lado a otro. Delma
Ramírez, su secretaria de la vida, está en otra pequeña oficina
siendo la memoria viva de la institución. Es una mujer adulta, con
aires aristocráticos, finos y muy educados, dulces y eficientes. El
teléfono no deja de sonar y siempre hay alguien esperando por su
atención. En Admisión hay una lista quirúrgica, puede llamar al
2720979. Responde. El chofer de la ambulancia espera frente a su
buró: estoy apurado comenta, ella mira la remisión. Es el tercer
caso de fractura, en el día, remitido por el hospital ortopédico
Fructuoso Rodríguez. Entra un hombre viejo, que saca las placas de
un saco y llenas de polvo las pone encima de su buró, sin soltar el
bastón como prenda preciada, deme las recetas de las medicinas. La
explicación paciente dura unos largos minutos para que él acepte
que aunque ella sabe escribir no puede darle las recetas y tiene que
ir a su médico. Suena el teléfono una vez más. Lo sentimos pero el
equipo está roto y se le dio baja. Es muy sofisticado y la
explotación ha sido por encima de la norma, por supuesto que
queremos comprar otro densitómetro, pero es muy caro. Alguien con
cara de amargura, por el calor, la preocupación o el derecho
llegando a la arrogancia de ser atendido rápidamente reclama que el
Dr. Fermín no estaba en esa sala. Lo localiza y envía al lugar
correcto al hombre que habla de peloteo, pero ni siquiera por asomo
se ha preguntado cuánto cuesta el servicio del que será
beneficiario. Delma no pierde la compostura y ni siquiera frunce el
ceño, está acostumbrada, esa es la escuela del profe, ser incluso
psicólogos y servir misioneramente al prójimo.
Dos
sillas giratorias le permiten al Profe sentarse de espalda al buró e
ir despachando con uno y otro doctor que vienen a consultarle los
casos complicados. Pero también viene el administrador a decirle
que en la sala x hay problemas de x tipo y la de la farmacia que x
medicamentos no han llegado y la secretaria lo interrumpe porque del
Ministerio de Salud están pidiendo para ese día su curriculum
actualizado y en inglés y otra llamada -que descifro a pedazos-
hace falta un transporte para ir al aeropuerto y no hay disponible,
los aviones llevan más peso, hay cargas que quedan abajo. A qué
hora sale el vuelo? Yo resuelvo, envío la guagüita. Una muchachita
delgada, tímida, con bata blanca está cerca. Hay que darle más
casos a la técnica de fisioterapia le ordena a uno de los
presentes. Y otra llamada, por las respuestas se deduce le piden
atienda un caso importante de un país amigo….tiene respuestas para
todos y no parece inmutarse, tiene la capacidad de oír aunque no lo
parezca a más de una persona. Y recuerda cada caso complejo de
cirugía pendiente. Le muestran la radiografía. Cuánto tiempo duró
la lámina, pregunta. Cada caso es diferente. Cada uno un riesgo, un
desafío. El paciente tiene 98 años, “una gloria del deporte
cubano” apunta. Chávez te ocupas del yodo. Operar mañana en el
primer turno, quiere saber en cuánto tiene la glicemia. Pidan
sangre que la operación es grande. No hay alternativa, si no se
opera se muere y vamos a luchar para que viva. Y el cirujano sin
palabras asiente con la cabeza.
Llega
el caso especial y lo acompaña un General y se traslada a su pequeño
despacho, su consulta tiene una pequeña mesita rectangular que le
permite escribir las recetas o las indicaciones a los pacientes que
tiene citado, la pared tapiada con fotos de él con presidentes del
mundo entero, quienes han sido sus pacientes. Una sola foto no tiene
a un presidente sino a su hermano y amigo Jorge Risquet con quien
compartiera la misión quijotesca africana. Esa es la única foto
que no tiene a un presidente, a un jefe de estado, pero a quienes los
pueblos africanos reconocen y bendicen como a un jeque porque Cuba,
Fidel, contribuyó a librarlos del apartheid y a ser libres y a
disfrutar el “espumoso vino de la victoria” negra sobre los
blancos colonialistas y a surfear exitosamente sobre las crestas de
las olas imperialistas.
Retorna
a la silla giratoria del salón y continúa atendiendo a los médicos,
le preocupa que no puedan producir células madres, ha dado muy buen
resultado, va al origen del problema. La centrífuga se calienta,
cuando pusieron la polea aparecieron otros problemas, el equipo no da
abasto, ese es el problema. La climatización es compartida con el
banco de sangre. Versiones diferentes, imprecisiones no lo
exasperan, mueve la cabeza a uno y otro lado para atender a los
disertantes. Concluye: mañana climatización alternativa, ponen un
aire en la pared, ese departamento es sumamente importante y no puede
pararse. Alguien habla de comprar y salta Nidia diciendo que lo que
no esté incluido en el presupuesto ni se lo digan. El profe
sentencia, mañana mismo empezamos. No le des el alta, hay que
tratarlo antes y prepararlo, inyectarlo varios días para elevar….la
gamma cámara es imprescindible, no tenemos. Coordinen con Oliva, en
el Oncológico, que además es amigo mío. Programen al menos dos
casos semanales con él.
Esperanza
Ortiz, excelente profesional de su absoluta confianza, jefa de
enfermería, sub directora, no preciso bien el cargo porque lo mismo
atiende y hace gestiones para resolver la climatización del banco
de sangre y para eso llama a Pablo , para precisar bien el problema
e informarle las orientaciones del Profe. Ella tiene un sentido
práctico por eso se le ocurrió gestionar con el Registro de
Vehículos, para hacer el cambio de chapa de los carros –proceso
que se lleva en el país- en el mismo hospital sin que tengan que
ausentarse del centro el día completo el personal que los posee.
“Quién me habrá mandado a meterme en esto” susurra cuando
alguien la interpela sobre el asunto. Pero es el brazo derecho, los
ojos y oídos del Profe a quien mantiene informado al detalle como él
exige, pero al mismo tiempo trata de darle solución a la mayor parte
de los problemas. Ella fue su alumna entre 1963 y 1965 cuando él
daba clases en Santiago de Cuba, como parte del servicio médico
rural. Ella cumplió misión internacionalista en Siria, durante la
guerra, y no concibe la vida sin el “profe” y su hospital.
Esperancita llega cada día muy temprano y a pesar de su complexión
es ligera como una gacela, sus pasos no se sienten y una esbozada
sonrisa cálida reparte y con pocas palabras es fuerte, exigente y
eficiente. Revisa el hospital, conoce cada dificultad y
negligencia, dándole solución a todo lo posible y después le da el
parte al profe de lo que necesita saber y ordenar resolver. Sentido
de pertenencia a su hospital, a su profesión que dada día
dignifica, y lealtad y admiración al Profe son sentimientos
ostensibles en el quehacer diario, abnegado y discreto que patentiza
cuán importante es una enfermera en un hospital.
De
Cárdenas, sencillo, discreto, disciplinado y leal, espera y, también
le consulta. Dirige el equipo de Prótesis de Rodillas. Es un maestro
y se ha vuelto un gran herrero o carpintero de metal, cercena con
precisión el hueso y con el movimiento preciso del judoca inserta
la prótesis de rodilla, mientras con el arte del buen profesor
explica a sus discípulos quienes le aprecian y respetan. ¿Cuánto
cuesta en el mundo una prótesis y la atención especializada de
excelentes médicos? me pregunto.
Miguel
Ángel, además de su yerno es Sub director , está cerca por si lo
necesita, hombre inteligente y sencillo, sin caballete en mano puede
recomponer el descalabro con colores de arco iris y es también una
pieza clave de ese rompecabezas que es el Hospital.
Llega el Dr.
Fleites, padre, eminente profesor, dicen su hijo es también un
brillante especialista. Pausado, imperturbable a pesar de las
presiones del día, del strees que implica el salón, que nunca
evidencia, a lo sumo cierta mirada cansada. Intercambian frases
cortas. Tienen una comunicación especial y se reciprocan el cariño
y la admiración, y comparte con él la amistad nacida de los
riesgos vividos en la misión internacionalista en África. Le pide
atienda a un niño de dos años, Halley-un pequeño cometa- que se ha
fracturado el fémur jugando con una pelota de football, coinciden en
el proceder de llevarlo al salón, anestesia general, reducir e
inmovilizar. Pide a la secretaria mantenga informado a los
familiares, sabe que la madre está embarazada. El hombre de los
pequeños detalles y alta sensibilidad, no se le escapa la
angustia que genera el quirófano para quienes esperan por un
pequeño que no entenderá por qué durante unos meses no podrá
jugar ni patear su pelota. Pero sus padres y familiares tienen la
certeza de que crecerá sin secuelas y quién sabe si será un buen
futbolista que desde el futuro rememore esta historia que sólo
puede explicar el amor.
Afuera
sigue llegando gente de todas partes del país y de otros. Grisel y
Nidia armonizan cuan perfecto dúo vocal, del gran salón pasan a
otro pequeño según se acerque el encuentro por un pasillo lleno de
reconocimientos a la labor científica del Profe, que es a la
Revolución Cubana porque ha sido el mejor embajador del mundo que
hemos tenido. Ha sido y es el embajador de la solidaridad. En un
cuadro se lee el agradecimiento por la donación a Kiribati de un
equipamiento ortopédico. ¿Dónde está en el mapa? ¿Quiénes son
los kiribatianos que también viven en su memoria?
Los
pacientes y sus familiares quieren atenderse con él, verlo, oír
su opinión, saludarlo, agradecerle. La diplomacia de Nidia se pone a
prueba para preservarlo. Su función es un reto, le dan recados de
que la sangre no le llega al tobillo y el Profe le rectifica que a la
tibia, pero ella no se avergüenza, comenta: Imagínate que no soy
médico y se empeñan en que se lo diga y no podría no hacerlo
porque él atiende a todo el mundo. Nidia insiste en que el
matrimonio quiere verlo. Responde que ya valoró el caso y le dio su
opinión, hay que injertar. Insiste Nidia: ellos no quieren pero
quieren verlo. El Profe me mira y me dice: voy a tener que
devolverles los sinsontes. No entiendo, porque estaba hablando de las
células madres y mi imaginación construye una rápida imagen de que
los cantores están siendo objeto de algún experimento. Mi asombro
es visible. Sin cambiar el tono cuenta que un día estaba hablando de
que la noche anterior un gato se comió al sinsonte, a pesar de que
la jaula estaba encima de la perrera. Que estas personas lo oyeron y
un buen día se aparecieron y trajeron desde Holguín dos bellísimos
sinsontes. Alguien pregunta cómo es posible si la jaula estaba
encima de la perrera. Explica ahora consternado, que su perra Lara
tiene 130 libras y le hizo pasar la vergüenza de la vida delante de
otras personas. Un gato le cayó atrás y corría despavorida. Les
aseguro que cuando vi aquella actitud de Lara me descompensó. Gisela
y Risquet llegaron a visitarlo y lo encontraron tendido en un sofá,
cabizbajo. Qué te pasa Kiko?, le preguntó su hermano. Entonces
cuenta Gisela que le dio lujo de detalles del bochorno que sentía
similar a lo que pudiera sentir “un hombre a quien le falla la
hombría” y entonces apunta Risquet: es que Kiko no soporta la
cobardía ni siquiera canina. Mabel Rodríguez, economista
inteligente y esposa comprensible les susurró: es muy sensible a
las pequeñas cosas, a la fragilidad de la vida; y la naturaleza
con todos sus componentes pueden provocar en él reacciones
impresionantes, la muerte de los sinsontes lo conmovieron mucho.
Sin
este hombre grande no puede escribirse la historia del deporte
cubano, de sus éxitos, sin tener en cuenta la decisión acertada de
Fidel de crear en el Frank País un departamento de medicina
deportiva bajo el desempeño profesional del “profe”, para
restañar los estragos de la exigencia de la disciplina. Las medallas
de oro del olimpismo cubano, siempre fueron posible por el tesón de
sus deportistas, pero también por la excelencia de los tratamientos
y dedicación absoluta de los médicos, fisioterapeutas, técnicos y
en especial del Profe para restablecer las condiciones físicas
óptimas de las glorias cubanas. Por ello guardan respeto y profunda
gratitud por el profe. Con razón Juantorena apunta que Stevenson,
Savón, Ana Fidelia, Colón, Mireya, y comenzando por él, una
lista interminable de deportistas no olvidan la profesionalidad y la
mano amiga del profe para curar el trauma físico que deviene en
psíquico cuando se ve amenazada la posibilidad de competir y
representar a Cuba, por eso con orgullo y modestia expresa que la
medalla de oro conquistada en 1976 es también del “profe”. El
campeón en restaurar los huesos y la esperanza quebrada.
La
Dra. Mirta Núñez anda de paso pero con paso firme por el lobby del
Hospital, nos presentan y entonces me cuenta que en 1980 cuando nadie
sabía lo que tenía en la columna luego de haber sido intervenida
en otro hospital, fue justamente el profe quien hizo el
diagnóstico
y le impuso el tratamiento
adecuado.
“Durante dos años tuve que venir a recibir atención, pero hoy en
día y ya con 65 años puedo decirle que si camino y me movilizo
normalmente se lo debo precisamente a él, nunca olvidaré aquel día
en que llegué aquí en una camilla, llena de dolores, con la
esperanza de que el único que podía hacer algo era el profe y así
fue, gracias a él mis sueños tienen alas para volar”.
El
“profe” tiene un fino sentido del humor y mucha sensibilidad,
habla con un lenguaje diáfano, preciso, es fácil la relación de
sus subordinados con él. Conoce y reconoce a todos sus
trabajadores, los especialistas, los constructores, los de la
limpieza. Es un hombre normal que siente la vida cotidiana y es
cordial y no autoritario en sus relaciones de trabajo. Todos saben
las reglas del juego. Consagración ha sido y es la palabra de orden.
Un largo camino de investigación y creación lo han llevado a la
cima de la ciencia ortopédica mundial y con él su institución
reconocida; prestigio que ha logrado cuan excelente alpinista
venciendo los escollos inherentes a toda gran obra humana. Y Fidel le
dio la gran piedra y le dijo talla tu obra y dolieron las manos y
saltaron las incomprensiones. Y cinceló una escultura monumental
que echó raíces y florece y da frutos porque se multiplica con
orgullo en cada uno de sus discípulos. Pero él sigue siendo el
oráculo no de Delfos sino de los huesos de Cuba. Pero su
personalidad no suprime el espacio para el debate científico, sino
que lo exige como una condición que promueve el desarrollo. Todos
saben que hay que estudiar. Mantenerse actualizado, analizar los
problemas que plantea la especialidad y crear con ética, pese a las
dificultades materiales que impone la mordida del bloqueo de Estados
Unidos a Cuba porque hinca con saña el diente en la Salud y no es
retórica.
El
camino es pedregoso pero se logra el éxito y este radica en el
trabajo en equipo que no suprime las individualidades, sino estimula
el talento. Todos son importantes, imprescindibles, desde los
trabajadores de los servicios, la enfermería, los técnicos, los
especialistas es el espíritu de la colmena en que todos tributan a
un solo objetivo: el desarrollo de la Ortopedia cubana.
¿Cuál
es el misterio del Profe? Me pregunto. Para realizar bien tantas
cosas al mismo tiempo incluyendo el amor. Para desentrañar el
misterio interior de los humanos, para pensar en el mapa de los
huesos sin olvidar un detalle y en ser un orfebre perfecto que moldea
el metal y domina el cincel y la sierra y las manos son ángeles que
devuelven el vuelo a las alas quebradas, inútiles y retorna la vida,
porque el vuelo de los hombres que no caminan depende de sus piernas
no de sus sueños y pueden llegar a ser “príncipes de las
alturas”, “caballeros de la pista”. Me pregunto dónde guarda
los sueños, los suyos, los propios, los caprichos y también las
tristezas de la vida? Y cómo crece el amor entre varillas y
fijadores y florece la vida y sigue amando entre los tropiezos de
los años que de otoño se tornan primavera. Son muchas las
preguntas para una hora y un poquito más en qué lo observo y quedo
presa de la magia de su personalidad. Ahora adivino el misterio de
sus fuerzas. Creo que emanan de ese espíritu de artista, pintor
-cuyos genes prodigó a su hijo Inti-, poeta, que lo convierten en
reparador de los sueños ajenos, en hombre sensible con alma de niño,
en amante eterno del amor, la belleza y la justicia social, que no
olvida el vuelo de las mariposas de Magia Dulce en Candelaria, aunque
conoce la frondosidad de la selva, la aridez del desierto, la
monumentalidad de los rascacielos y la sublimación de la nieve sin
pretender descifrar el misterio de la nostalgia.
Profe,
espero excuse mi imprudencia y no me devuelva los sinsontes y a
quien lea mis cuartillas improvisadas tenga en cuenta que es un
médico que ha “…tratado a trece jefes de estado”, “sin
milagros” porque tiene “las mejores manos” y la necesaria
“ferocidad en el salón” y de quien dijo un médico español al
afamado pintor Wilfredo Lam en París, cuando sufría la secuela de
la hemiplejia, váyase a su patria y busque al médico cubano “que
hace caminar hasta los taburetes”. Entonces hay razones para
creer que su hospital sí es “la casa de los milagros”, porque
el Dr. Rodrigo Álvarez Cambras es un paradigma de la medicina
cubana.
(Un
día cualquiera de la primera semana de junio del 2013).
Dra. Gloria M.
León Rojas. (Historiadora, miembro de la UNEAC, UNHIC y ADHILAC)
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