MIENTRAS
EL MUNDO PREOCUPADO Y ATÓNITO RECIBE “LA CRÓNICA DE LA MUERTE
ANUNCIADA” DE QUIEN SABE CUANTOS MILES O MILLONES DE SERES HUMANOS
Y LA ACCIÓN MILITAR CONTRA SIRIA PUEDE SER EL PREÁMBULO DE UN
CONFLICTO IMPREDECIBLE, DECLARADO POR EL PRESIDENTE BARACK OBAMA,
PREMIO NOBEL DE LA PAZ, A QUIEN SE LE ESCAPÓ LA PALOMA Y QUIERE
CAZARLA, YO QUIERO HACER LA CRÓNICA DE LA VIDA, DE LA FERTILIDAD DE
LOS SUEÑOS DE OTROS HOMBRES.
El
8 de septiembre del 2000, día de la Caridad del Cobre, patrona de
Cuba, Ochún, diosa de las aguas mansas y dulces se entreteje
misteriosamente con hilos de la memoria con el 7 de septiembre del
2010, día de la Virgen de Regla, virgen negra, Yemayá y hermana de
Ochún en la santería.
El
inicio del siglo XXI encontraba a Fidel enfrascado en múltiples
tareas, una de ellas era la sensible batalla por el regreso del niño
Elián, retenido en Estados Unidos en contra de la voluntad de su
padre; otra la Escuela Latinoamericana de Medicina, creada en
noviembre de 1998 para formar médicos para el mundo. Para julio del
2000 terminaban los primeros 1929 estudiantes de 18 países, su
primer año, parte del ciclo básico de la carrera de medicina en la
ELAM.
El
6 de septiembre del 2000 Fidel participa en LA CUMBRE DEL MILENIO
celebrada en NACIONES UNIDAS, en Nueva York. En el discurso ante
ciento cincuenta jefes de estado en la Cumbre analiza críticamente
el estado de los países pobres y las urgencias que reclaman el nuevo
siglo y que deben ser atendidas.
"Nada
de lo que existe en el orden económico y político sirve a los
intereses de la humanidad. No puede sostenerse. Hay que cambiarlo.
(…) somos ya más de 6 mil millones de habitantes de los cuales el
80 por ciento es pobre. Enfermedades milenarias de los países del
Tercer Mundo como la malaria, la tuberculosis, y otras igualmente
mortíferas no han sido vencidas; nuevas epidemias como el SIDA
amenazan con extinguir la población de naciones enteras, mientras
los países ricos invierten sumas fabulosas en gastos militares y
lujos, y una plaga voraz de especuladores intercambian monedas,
acciones y otros valores reales o ficticios, por sumas que se elevan
a millones de millones de dólares cada día. La naturaleza es
destrozada, el clima cambia a ojos vista, las aguas para el consumo
humano se contaminan y escasean; los mares ven agotarse las fuentes
de alimentos para el hombre; recursos vitales no renovables se
derrochan en lujos y vanidades.
(…)
el objetivo fundamental de las Naciones Unidas, en el siglo
apremiante que comienza, es el de salvar al mundo no sólo de la
guerra sino también del subdesarrollo, el hambre, las enfermedades,
la pobreza y la destrucción de los medios naturales indispensables
para la existencia humana. ¡Y debe hacerlo con premura antes de que
sea demasiado tarde!"
La
memoria de un cronista original, el veterano y sagaz periodista Luis
Báez, atrapa la esencia de los acontecimientos, testigo excepcional
de la potencialidad comunicativa de Fidel en el exterior. En
“cuarenta y cinco salidas desde Cuba” del Comandante, ha sido
parte de su delegación. Apunta que más allá de las diferencias
culturales, de lenguas, credos, ideologías, Fidel logra con sus
interlocutores una comunicación siempre sorpresiva. Pero la
asistencia a la Cumbre del Milenio en Nueva York tiene además del
riesgo del país en cuestión, el hecho de que ocurrió en un período
de agudas tensiones víspera de las elecciones presidenciales. Báez
rememora los principales comentarios de la prensa durante la estancia
de Fidel en Estados Unidos. “La
Prensa
de Nueva York lo describía en la sesión de la Cumbre ‘vestido con
traje azul y lentes…pocas palabras y muchos aplausos… Fidel sigue
siendo la atracción de la Cumbre.’ La CNN
anunciaba que ‘en la cumbre para salvar el milenio…vaya donde
vaya y diga lo que diga lo seguro es que el corpulento barbudo
dominará la atención’, lo que corroboró el New
York
Times:
‘Fidel fue la figura de la cumbre del Milenio’. Los medios
prestaron una atención sobre dimensionada al inevitable saludo
protocolar entre Fidel y el presidente Clinton.”
Dos
días más tarde, el viernes 8 de septiembre, Fidel realizaba su
última actividad en la Iglesia Riverside donde casi 3 mil personas
--activistas, religiosos, sindicalistas, latinos,
negros, inmigrantes, estudiantes, maestros, artistas—así como, el
reverendo Lucius Walker, director de Pastores por la Paz, uno de los
principales organizadores del encuentro, el actor Danny Glover y la
humanista Joan Brown Campbell, ex secretaria general del Consejo
Nacional de Iglesias y figura central en el apoyo para el regreso a
la isla del niño Elián González, ofrecieron la bienvenida a Fidel
Castro.
Según
los corresponsales Jim Cason y David Brooks “Todo lo que no le cupo
en su intervención de siete minutos ante el pleno de la Cumbre lo
desarrolló durante cuatro horas y 16 minutos --seguramente el
segundo discurso más largo del líder cubano en Estados Unidos,
ante un público que ondeaba banderitas cubanas y coreaba ‘Cuba
sí, bloqueo no’, desde las 10 de la noche hasta poco después
de las dos de la madrugada. El discurso del presidente cubano
concluyó con un ‘buenos días’".
Este
cálido y multitudinario acto expresaba la voluntad y el esfuerzo de
sectores populares para crear una nueva relación con Cuba. Relación
que con ese público se había iniciado cuarenta años atrás en
Harlem y donde Fidel dijo encontraba “a sus mejores amigos”
rememorando su encuentro con Malcom X un 19 de septiembre de 1960.
Fidel había viajado a Nueva York para hablar ante la XV Asamblea
General de la ONU y sufrió la hostilidad de la administración del
entonces presidente Dwight Eisenhower (1953-1961). Debido a la falta
de garantías para su seguridad, la delegación de la isla se
trasladó al barrio negro de Harlem, donde se instaló en el hotel
Theresa, agasajado con sincera amistad y hospitalidad por la
comunidad afronorteamericana liderada por Malcolm X que acogió a la
delegación y se reunió con Fidel.
Este
recordaba:
Debo
decir que, cuando venía hacia acá, recordaba mis cuatro visitas a
las Naciones Unidas. En la primera ocasión me expulsaron del hotel
en las inmediaciones de las Naciones Unidas. Yo tenía que escoger
entre dos opciones: montar una casa de campaña en el patio de las
Naciones Unidas —y como guerrillero recién salido de las montañas
no me parecía una cosa muy difícil (Aplausos)—, o marchar hacia
Harlem, uno de cuyos hoteles me había invitado (Aplausos). Y yo
decidí de inmediato: "Me voy a Harlem, porque allí están mis
mejores amigos" (Aplausos y exclamaciones). (Discurso de Fidel
Castro, en la Iglesia Riverside, 8 septiembre 2000)
La
cálida y popular bienvenida ofrecida por el pueblo de Harlem y las
autoridades del hotel marcó para siempre el desarrollo de los
vínculos de los revolucionarios cubanos y los progresistas afro
norteamericanos. La sentencia de Fidel en la Asamblea conservaba
cuarenta años después toda su vigencia: “Desaparezca la filosofía
del despojo y desaparecerá la filosofía de la guerra”.
En
el discurso de la Iglesia Riverside Fidel analizó con datos y
cifras escalofriantes, la catastrófica situación social y de salud
de los países pobres y exhortó a la sensibilidad y solidaridad. “La
especie humana-dijo- alcanzará su grado más alto de conciencia
cuando cada pueblo sea capaz de sufrir como propio el dolor de los
demás pueblos del mundo.” Y confesaba que:
Descubrí
hace poco algo que me dejó admirado: nos visitaron varios
representantes del Caucus Negro —hablo de esto porque ellos
hablaron del tema a la prensa es la primera vez que yo menciono esto
públicamente—, y un legislador de Mississippi —por un distrito
de ese estado— al que yo le hablaba de estos programas me dijo:
´Óigame, yo tengo muchos lugares en mi distrito que no tienen un
solo médico.’ Le digo: ¡Cómo! Ah, ahora me doy cuenta de que
ustedes son el Tercer Mundo de Estados Unidos. (Aplausos y
exclamaciones). Y le dije: Estamos dispuestos a enviarles algunos
médicos gratuitamente, igual que lo hacemos con otros países del
Tercer Mundo.
Es
más fácil todavía enviar a los estudiantes de medicina. Ellos
están en esa tarea, y desde aquí puedo afirmar que estamos
dispuestos a recibir a 250 estudiantes por año procedentes del
Tercer Mundo norteamericano. (Aplausos) Aprenderán, además,
español, y se relacionarán con jóvenes de todo el hemisferio, a
los que trasmitirán lo que conocen sobre Estados Unidos y la cultura
norteamericana. Ellos les mostrarán la cultura de todos sus países.
Y
ya que mencioné una cifra, se trata de 250 becas por año pero en el
primer curso de premédica, que comienza en marzo, podemos ofrecerles
500 para incluir otras minorías. La selección no correría por
parte nuestra; correría por parte de los representantes que deseen
ayudar a jóvenes humildes de sus distritos a estudiar medicina, con
el compromiso de regresar a sus lugares de origen cuando se gradúen
como médicos. (Discurso de Fidel en la Iglesia Riverside, 8 de
septiembre 2000)
Al
presentar a Fidel, el reverendo James Forbes, de la iglesia
Riverside, señaló “que oraría porque lo que aquí estamos
haciendo lleve a que ese apretón de manos entre Castro y el
presidente Bill Clinton en la Cumbre del Milenio, pase a ser un
abrazo.” Este hecho acaparó la atención de la prensa y no el
ofrecimiento de becas para estudiar medicina a los jóvenes humildes
del pueblo norteamericano, además de silenciadas las becas se
vieron obstaculizadas por la permanencia del bloqueo.
Fidel
analizó la situación mundial, los desafíos del nuevo milenio, las
guerras, la pobreza, las enfermedades y la destrucción del planeta y
exhortó a los países ricos y a los hombres de buena voluntad a
cambiar el rumbo hacia la destrucción de la raza humana. Explicó la
política exterior cubana, el internacionalismo en África y el
apoyo a la lucha contra el apartheid, derrotando a los sudafricanos
en Angola, y la solidaridad con los pueblos afectados por los
huracanes George y Mitch a donde se enviaron miles de médicos
organizados en un programa Integral de Salud y se creaba una Escuela
Latinoamericana de Medicina (ELAM) para ofrecer miles de becas a
jóvenes humildes y de zonas apartadas para estudiar medicina, el
cual lo hacía extensivo al pueblo norteamericano también de forma
gratuita. En la diplomacia de los “gestos” Estados Unidos nunca
lo ha tenido en cuenta.
José
Serrano, congresista por Nueva York y uno de los presentadores de
Castro, y Maxine Waters, congresista por California, que había
visitado a Cuba en febrero de 1999 y en enero del 2000, declararon
que continuarían los esfuerzos para dar fin al bloqueo y se
abrazaron con Fidel.
Báez
en su crónica de entonces describió la pantalla grande en el altar
de la iglesia, exhibiendo documentales cubanos, la tardanza de una
hora para comenzar el acto, la entrada de Fidel como un gigante, la
impresionante concentración de público en las calles adyacentes con
televisores lleno de colorido que se resistían a despedirlo, el
discurso emotivo de la emigración cubana patriótica , la alegría
de los feligreses para él “la ceremonia tuvo de rito magia” y
escribió que el legendario “el viejo guerrillero que comanda los
destinos de Cuba deseaba regresar a la patria para liderar nuevas
batallas ” como el Quijote que es y será. (Conversación con Luis
Báez)
Rafael
Dausá, joven e inteligente diplomático, era el segundo Jefe de la
Misión Cubana en la ONU y recuerda con emoción esos días de
tensión, gran preocupación y también felicidad.
En la sesión de
la Cumbre del Milenio reinaba las expectativas sobre la participación
de Fidel y antes y después de su discurso los jefes de estado y
representantes de los diferentes países querían saludarlo e
intercambiar con él. En las afueras de la Iglesia Riverside desde
horas temprano en la mañana se iban concentrando los aspirantes a un
asiento en la Iglesia. Todos querían ver a Fidel. Muchos quedaron en
una sala aledaña y en los alrededores, era una multitud, pero era
impresionante el silencio, solo quebrado por los aplausos y los
vítores a Cuba y volvía ese silencio profundo que el eco de la
Iglesia y las verdades irrefutables y el contenido ético de sus
palabras asequibles a todos con diferentes niveles culturales e
ideologías, agigantaban su estatura moral. Fidel estaba feliz, con
deseos de conversar.
Para
quienes trabajábamos en la Misión fue reconfortante. El
hostigamiento a los funcionarios cubanos es permanente, unas veces
sutil y otras no. Los hijos van de un piso a otro, de la escuelita
al apartamento, en el mismo edificio. La suegra de un funcionario una
tarde pretendía sacar a sus dos nietos pequeños al parque cercano,
pero olvidó que era jueves, día en el que algunos pagados concurren
con carteles a piquetear contra Cuba. Enfurecidos le gritaron ‘vieja
asesina’, sin tener en cuenta los estragos de las palabras en la
mente de los niños.
Entonces
en la noche con gran cautela y muy bajito para que no los oyeran la
mamá y la abuela, le preguntaron a su padre si era verdad que su
abuela era mala. “Qué difícil explicar a los niños las razones
de tal comportamiento”. Unos días después llegó Fidel y al final
de la estancia se reunió con todos los miembros de la Misión y
afectivamente saludó a cada uno, los niños recitaron, le regalaron
dibujos, Fidel le firmó autógrafos y todos estaban orgullosos y
felices, principalmente los dos niños porque “si Fidel quería a
su abuela ella no podía ser mala.”
Fidel
también se despidió de los funcionarios de la ONU y de quienes
habían estado oficialmente dándole protección, miembros de la
Policía de Nueva York y del FBI. Más de una foto recogió para la
memoria a Fidel intercambiando su gorra y poniéndose la del Policía
neoyorquino. (Conversación con Rafael Dausá)
Rememora
el Dr. Luis Estruch Rancaño , cuanto regocijo sentía Lucius por
el encuentro de Fidel con el pueblo afro descendiente y le contaba
que Fidel esa noche en la Riverside se interesó mucho por su
experiencia personal como trabajador social en los barrios
marginales, en su batalla contra la discriminación racial.
“Necesitamos que Fidel viaje muchas veces a los Estados Unidos para
que el pueblo conozca la verdad de Cuba y del mundo” le afirmó
Lucius. (Conversación con el Dr. Luis Estruch Rancaño)
El
Caucus Negro Congresional (CBC) fue fundado en enero de 1969 por los
doce congresistas afronorteamericanos que integraban el Congreso de
Estados Unidos en aquel momento. En los primeros 50 años del siglo
XX solamente cuatro afronorteamericanos fueron electos al Congreso.
En el 2000 el CBC contaba con 42 miembros. En mayo del 2000 otra
delegación del Caucus visitó Cuba.
Varios
de los representantes de ese grupo congresional han mantenido
posiciones constructivas respecto a Cuba, influyentes miembros
realizaron acciones positivas durante la batalla por el regreso de
Elián.
Estos
congresistas fueron los primeros en recibir de parte Fidel la
disposición de Cuba para asignar un número de becas a jóvenes de
bajos ingresos con el propósito de estudiar Medicina en Cuba,
seleccionados por el Caucus Negro Congresional. Igual proposición le
hizo a la ONG Pastores por la Paz, presidida por el Reverendo Lucius
Walker, quien envió los primeros estudiantes a la Escuela
Latinoamericana de Medicina (ELAM). (Fidel Castro, Reflexiones “Los
7 congresistas que nos visitan”, Cubadebate, 6 de abril 2009)
En
noviembre del 2000 el Dr. Juan D. Carrizo Estévez, como Rector de
la ELAM y el Dr. Luis Estruch Rancaño, funcionario del Consejo de
Estado viajaron a Estados Unidos para reunirse con congresistas del
Caucus y autoridades académicas para explicar las características
de la ELAM y el Plan de Estudio de Medicina.
El
Dr. Estruch viajó por segunda vez en el 2003 y dictó conferencias
en varias universidades explicando el proyecto ELAM y el desarrollo
de la Biotecnología en Cuba.
Pero
fue el 8 de septiembre del 2000 en la Iglesia Riverside donde
Fidel dio la “buena nueva” y hacía público el ofrecimiento de
becas a jóvenes norteamericanos para estudiar medicina en Cuba. Era
un gran gesto y también un gran reto. Para Lucius Walker y su equipo
constituía un desafío. La hostilidad hacia Cuba en los medios
informativos había creado un estereotipo sobre la sociedad cubana y
conformaban una determinada percepción que no favorecía el aspirar
a estudiar durante seis años en el país enemigo. Sin embargo se
presentaron los candidatos. El proceso de selección, legalización
de documentos, permiso para viajar a Cuba, transportación, implicaba
la búsqueda de financiamiento y de apoyo. El Caucus negro jugó un
papel muy importante.
Para
la Escuela de medicina cubana era también un desafío, una prueba de
fuego. Era un experimento del cual mucho tendría que ver el
prestigio futuro de la ELAM, se trataba de la pertinencia del
graduado, de su nivel profesional, si los egresados norteamericanos
vencían exitosamente o no los requerimientos para la reválida. Con
ellos las exigencias serían mayores por el pecado de haber estudiado
en la Isla con becas del gobierno cubano.
El
11 de septiembre del 2001 cundió el pánico en Estados Unidos y
marcó un viraje en las relaciones internacionales. El derribo de las
Torres Gemelas en New York evidenciaba la vulnerabilidad del gigante
y servía de pretexto para una histeria antiterrorista que impulsaría
el presupuesto militar y el intervencionismo norteamericano en
cualquier rincón “oscuro” del mundo. Las presiones y acciones
anticubanas de la administración George Bush contra los viajes y la
presencia en Cuba de personas bajo la jurisdicción de Estados
Unidos, arreciaron.
En
la ELAM se encontraban estudiando más de veinte norteamericanos. La
orden del Departamento de Estado fue categórica: regresar a los
Estados Unidos. El gobierno cubano habilitó una línea telefónica
internacional abierta, gratuita, para que los estudiantes trataran de
contactar a sus familiares en New York. Carrizo se reunió con ellos
para conocer su decisión. Fidel había orientado a Chomy que
respetaran la decisión de los estudiantes, si querían regresar y no
tenían dinero para el pasaje, Cuba cubriría los gastos. Si decidían
quedarse tendrían todo el apoyo de la Escuela y el estado cubano.
Excepto tres, la mayoría decidió quedarse y enviaron cartas
pidiendo ayuda a los congresistas negros. Lucius Walker y la
congresista demócrata por California Bárbara Lee, quien dirigió el
proceso y se entrevistó con el Secretario de Estado Collin Powell;
catorce congresistas con sus firmas avalaban la solicitud y
tuvieron éxito. Les fue autorizada la licencia y permanencia legal
a los jóvenes norteamericanos estudiantes de Medicina en Cuba.
Hasta ese momento los estudiantes viajaban amparados en los acuerdos
de intercambio académico con la Universidad de La Habana.
Fue
el primer y único reconocimiento oficial del gobierno de Estados
Unidos, de la administración de Bush, a un proyecto académico para
estudiar medicina en Cuba. Los estudiantes norteamericanos de la ELAM
constituyeron el único puente de amistad que sobrevivió después
del derribo de las Torres Gemelas. (Conversación con Estruch)
Un
pequeño y gran éxito del Caucus Negro que posibilitó que jóvenes
humildes de Estados Unidos se hicieran médicos y que la bandera de
las cincuenta estrellas siguiera –sin menoscabo- ondeando en el
pabellón de las naciones junto a todas las otras de los rincones
“oscuros” de la tierra, en una Escuela de Medicina en Cuba. Pese
a todo, los egresados norteamericanos no han podido sanar el alma
enferma de las relaciones malditas que impone el bloqueo y el imperio
se empeña en que la generosidad cubana no es más que un amor
subversivo.
En
cada verano e invierno a partir del 2002 -para comenzar el Pre Médico
y/o estudiar Español, llegaba Lucius y su equipo y también padres
de los alumnos a entregar formalmente a Carrizo y la dirección de la
Escuela los candidatos a galenos, las más preciadas joyas del futuro
que siguiendo el evangelio debían “amar al prójimo como a sí
mismos”.
“La
ELAM se convirtió en una puerta abierta a la esperanza de los
pobres” y era visitada por un sinnúmero de personalidades
religiosas, académicas y políticas, entre ellas el ex presidente
demócrata James Carter en mayo del 2002, sitio donde coincidió con
Lucius y Fidel los presentó.
En
el 2005 el huracán Katrina azotó el sur de los Estados Unidos,
Nueva Orleans estaba destruida. Fidel concibió la creación de la
Brigada Henry Reeve, organizada y equipada en la ELAM, integrada
por médicos cubanos de alto nivel y diferentes especialidades con
experiencia en ese tipo de evento, para socorrer a los miles de
afectados por el huracán. Fidel reiteró el ofrecimiento de ayuda
médica al pueblo de Estados Unidos en el programa televisivo Mesa
Redonda, el 2 de septiembre de 2005.
El
silencio se tornó en negativa y esa fue la triste respuesta del
gobierno norteamericano a un verdadero gesto humanitario que podía
salvar vidas a los más desfavorecidos, los afro descendientes del
sur de los Estados.
En
el 2006 se graduó el primer estudiante norteamericano-Raúl Cedric
quien había estudiado medicina durante tres años en Estados
Unidos, pero su situación económica le impedía continuar. La ELAM
le permitió culminar gratuitamente su carrera.
En
el 2007 se graduaron siete estudiantes norteamericanos, incluyendo
una de El Bronx.
Lucius
y su equipo se ocuparían de buscar el financiamiento para el regreso
de los egresados, la legalización de los documentos, las
coordinaciones con las instituciones académicas norteamericanas para
los steps, exámenes de revalidación del título de médicos, etc.
En
abril del 2009 otra delegación del Caucus Negro visita a Cuba,
presidida por Barbara Lee, representante por el Estado de California,
quien en cinco ocasiones anteriores había visitado Cuba y mantenía
con Lucius una estrecha relación y un fuerte apoyo a los estudiantes
norteamericanos en la Escuela. Reiteró pronunciamientos públicos
previos y expresó su intención de realizar gestiones con la
administración de Barack Obama para propiciar un cambio de política
hacia Cuba, y la reactivación de los intercambios entre iglesias de
ambos países. De ella, dijo Fidel, admiraba “su espíritu
combativo y capacidad de lucha”. Bárbara se opuso abiertamente a
la guerra contra Irak en el Congreso.
En
enero del 2010 un terremoto devasta Haití, los egresados de la ELAM
constituyen la Brigada Internacional Henry Reeve de la ELAM y marchan
a prestar servicio junto a la Brigada Médica Cubana. Siete de los
primeros egresados norteamericanos fueron directamente desde Estados
Unidos el 3 de febrero. “Estos dedicados y talentosos médicos
están listos para servir: recibieron sus títulos en Cuba y están
preparados de manera única para los múltiples desafíos de esta
misión urgente”, dijo el reverendo Lucius Walker.
Lucius
Walker fue el alma del proyecto ELAM en Estados Unidos. Otorgó
becas a casi 200 jóvenes norteamericanos. A los graduados los apoyó
en la inserción en los servicios de salud pública en Estados
Unidos. Y también fue Quijote de la solidaridad con Cuba, defensor
de la verdad, batallador contra las calumnias y amigo franco, sincero
y entrañable de Fidel y la Revolución. Cada visita de Lucius a
las provincias cubanas era un acontecimiento lleno de amor recíproco.
El reverendo nació en Roselle, New Jersey en agosto de 1930. Se graduó de la Universidad Shaw en Raleigh, Carolina del Norte en 1954. Cuatro años más tarde recibió su Maestría en Divinidad de la Escuela Teológica Andover Newton, y en 1963 obtuvo una Maestría en Trabajo Social de la Universidad de Wisconsin.
En ese año 1963 el reverendo Martin Luther King lideraba la lucha por los derechos civiles y movilizaba a miles de hombres y mujeres. El discurso del 28 de agosto fue su testamento político convocando a luchar por lograr el “Sueño” de la igualdad racial, de los derechos civiles y sociales. Legado que cultivó Lucius.
A partir de mayo de 1964, Walker fue un patrocinador de la Comisión Nacional para Abolir la Casa de Actividades Antiamericanas. En 1967 fundó la Fundación Interreligiosa para la Organización Comunitaria (IFCO). Dos años más tarde recibió un grado honorario de Doctor en Humanidades en el Malcolm X College de Chicago.
Walker se desempeñó como Secretario General Adjunto del Consejo Nacional de Iglesias desde 1973 hasta 1978, momento en el que volvió a IFCO como su director ejecutivo. En 1984 se convirtió en pastor de la Iglesia Bautista de la Salvación (en Brooklyn, Nueva York), dedicado a la predicación del evangelio social. En 1988 Walker fue herido en un ataque de la Contra en Nicaragüa, en el que fallecieron varios civiles. El pastor acusó al presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan de asesinato y concibió el proyecto Pastores por la Paz, con el objetivo de brindar ayuda humanitaria a los pueblos que la necesitaran, y de acuerdo con IFCO, organizó:
"Caravanas de ayuda humanitaria como una manera de ayudar a las víctimas de la política exterior de EE.UU. ... [en] Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Chiapas, y Cuba"
Lucius Walker impulsó 21 Caravanas de Amistad desde 1992 hasta su muerte en septiembre de 2010, para llevar a Cuba asistencia humanitaria y medicinas en camiones escolares amarillos, sin pedir autorización ni licencia a las autoridades. El objetivo de tal iniciativa fue romper el cerco estadounidense contra la nación antillana, el cual consideró inmoral.
Lucius Walker Jr fue el Pastor, el activista social y defensor de los Derechos humanos quien durante toda su vida fue un crítico de la política imperialista de su país y de las consecuencias de ésta en los pueblos del Tercer Mundo.
(Tomado de Cubadebate, “Síntesis biográfica de Lucius
Walker”, 12 septiembre 2010; Iris de Armas Padrino “Reverendo
Lucius Walker”, Cubadebate, Miércoles, 08 de Septiembre de
2010)
Narciso
Ortiz, uno de los catorce egresados de la ELAM en el 2010,
norteamericano de origen dominicano, llegó en el segundo grupo de
egresados estadounidenses a Haití.
"Siempre tenía el deseo de hacerme médico pero se hizo
difícil y hasta pensé que no tenía capacidad para ello. El mismo
sistema te hace dudar de ti. Cuando conocí al Reverendo Lucius
Walker, todo cambió, ya que él puso en mi camino la luz para ver
todo lo que yo era y mi posible destino. Fue el compañero y líder
que me puso en contacto con Cuba, y las ideas de Fidel y la gran
revolución cubana, y con su gente que tanto se ha sacrificado y
luchado. Es interesante que la persona que me introduce a esta gran
revolución y pueblo sea un Afro Americano. Lucius siempre nos decía
‘sean los mejores estudiantes que puedan ser, deben ser médicos
revolucionarios, servir al más sufrido, sean el puente necesario y
sano entre Cuba y Estados Unidos, la mejor manera de medir a un
hombre es por sus hechos’. Y nosotros somos los hechos de Lucius
Walker.
Lo primero que me impactó al llegar a Haití fue ver a
la salida del aeropuerto, en medio de las ruinas de la capital,
pasar un tanque de la ONU. Y de verdad me llamó la atención, me
sorprendió. Me preguntaba qué hacía un tanque entre tanta gente
desvalida que necesitaban ayuda médica y material para sobrevivir.
También me pregunté cuánto costaría y cuánto se podría hacer
con el costo de un tanque de la ONU.
Éramos 5 de los EEUU, representando los estados de
California, Pennsylvania, Illinois, y mi persona New Jersey. Todos
coincidíamos en este punto. Nos tocó el Departamento de Arte
Bonite.
El pueblo norteamericano está muy mal informado. ¿Por
qué Estados Unidos que hasta ha ocupado militarmente a Haití y
ahora también a través de las tropas de la ONU no contribuye de una
manera eficiente a la reconstrucción de este pueblo? Son preguntas
sin respuestas.
No
podré por ahora seguirle escribiendo desde L`Estere. Se ha desatado
una epidemia de cólera y trabajamos día y noche para salvar cuántas
vidas sea posible. Mucha gente comenta que la introdujo la MINUSTHA.
Pelearemos por la victoria de la vida sobre la muerte. SOMOS LA
SEMILLA DEL EJEMPLO DE LUCIUS Y FIDEL.
24 de diciembre 2010.
(Gloria
León, Haití
en la memoria,
La Habana Editorial Ciencias Sociales, 2012 pp85-88)
Un
sacerdote episcopal, Profesor del John Jay College of Criminal
Justice, de la Ciudad Universitaria de Nueva York planteaba:
"Un
punto importantísimo en la formación médica de estos jóvenes
-norteamericanos en la ELAM- lo es el que no fueron entrenados para
comercializar con la medicina.
A
diferencia de lo que hacemos en las escuelas de medicinas en Estados
Unidos, aprendieron que la medicina social tiene como meta principal
el salvar vidas y que es inmoral, deshonesto y profano el utilizar
esta carrera para producir o acumular dinero.
Estos
jóvenes tienen claro que la salud es un derecho no un privilegio.
Esto
por supuesto, tal y como la revolución cubana, les hace más
espirituales y les acerca más a Dios.
De
aquí el que constantemente me pregunte; ¿cómo una persona
religiosa como Bush tiene tanta maldad y crueldad para la
imagen de Dios y como una persona no religiosa como Fidel tiene
tanto respeto y amor por esa imagen de Dios? Ya lo dice la Biblia,
por sus frutos le conocerán"
“El 24 de julio del 2010 el reverendo Lucius Walker en la
graduación de la Facultad de Ciencias Médicas Salvador
Allende, donde egresaron jóvenes de 18 países, de ellos 14
nornorteamericanos agradeció al Comandante en Jefe Fidel Castro,
la formación gratuita de mémédicos de Estados Unidos en Cuba.
Visiblemente emocionado, elogió el genio de DieFidel , quien con
una visión universal -dijo- ha llevado esperanza y vida al mundo
eroentero, incluido Estados Unidos. Era la última visita a la
Isla del gran amigo de Cuba y de Fidel. “Él no se ha ido
fue un momentico a la misa.”
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El
7 de septiembre del 2010 murió Lucius Walker con un corazón que no
cabía en su pecho enjuto para albergar tantos dolores del ser
humano, con la esperanza quemándole las manos, heredero del
pensamiento de Luther King, tenía también el Sueño de lograr un
mundo de hermandad, una sociedad norteamericana justa, con pleno
respeto a los derechos civiles, libre de discriminación racial y con
justicia social, con una política exterior de respeto a la
soberanía de los pueblos. Tenía el sueño que compartió con Fidel
y que realizó en parte, abrir las puertas de la solidaridad,
construir un puente de amor entre el pueblo humilde norteamericano y
cubano y formar médicos de ciencia y conciencia para las comunidades
pobres y afro norteamericanas.
Murió
porque la buena semilla se planta en septiembre.
Con
la graduación del 2013, el proyecto ELAM alcanzó la cifra de 20,786
egresados de 74 países. De ellos 92 norteamericanos, mientras 103
cursan distintos niveles.
Como
el tronco frondoso del árbol de la libertad de Toussaint Louverture,
las ideas de Martin Luther King, Lucius Walker y Hugo Chávez
echarán raíces profundas y volverán siendo millones, y aunque
los tiempos estén preñados de tormenta la aurora es indetenible y
las buenas semillas germinarán todo el año.
FIDEL SEGUIRÁ SIENDO
LABRIEGO Y GUARDIÁN DE LAS COSECHAS DE SUEÑOS Y PERSISTIRÁ
LUCHANDO POR UN MUNDO MEJOR.
Escribe: Dra.
Gloria M. León Rojas (Historiadora, miembro de la UNEAC, UNHIC y
ADHILAC)