Cuando en los próximos días 26 y 27 de marzo los países
integrantes del BRICS se reúnan en la oriental ciudad sudafricana de
Durban, lo harán con pleno conocimiento de que ya este mundo ha dejado
de ser unipolar y se encamina, sobre todo económicamente, hacia uno más
multipolar.
Esto se debe a que Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica que responden al acrónimo de BRICS, poseen la mitad de la población mundial, el 30 % de la superficie terrestre, el 25 % del PIB global y el 35 % de las reservas de divisas.
Cuentan con numerosos recursos naturales que van desde petróleo y gas (sobre todo Rusia y Brasil) hasta bauxita, oro, plata, manganeso, níquel, fosfato, platino, tungsteno, plomo, zinc, estaño, uranio, carbón, diamantes, energía eléctrica). También producen alimentos y sus economías se compaginan pues lo que le puede faltar a uno, el otro lo posee.
En cuanto a las compañías petroleras estatales, podrán beneficiar a esas economías emergentes por una gran variedad de razones, entre las que se cuenta la generación de ingresos pues tienen como política común usar alto porcentaje de productos y servicios locales, lo que significa que cuando dichas empresas crecen, también lo hacen otros sectores de sus economías.
Actualmente, la mayoría de las reservas mundiales de petróleo están controladas por empresas estatales, (antes estaban en manos de transnacionales como Exxon, Chevron, Shell o BP) y han dejado una pequeña porción a las privadas, que tienen que trasladar su centro de atención al refinado y la distribución de combustible.
Los analistas aseguran que con las condiciones y recursos antes mencionados, junto al crecimiento económico que han tenido en los últimos años, los países del BRICS pueden atraer a nuevos miembros hacia el bloque.
Según el banco internacional de inversiones Goldman Sachs, el BRICS superará en 2032 el Producto Interno Bruto (PIB) de todas las economías desarrolladas.
La agrupación ya se ha convertido en una poderosa asociación de las principales economías emergentes y entre sus proyecciones se halla la de integrar a otros países como Corea del Sur, Indonesia y Vietnam.
Resulta innegable que las elevadas tasas de crecimiento y las posiciones de cooperación asumidas por sus miembros, con alianzas comerciales y económicas regionales e internacionales, constituyen un elemento fundamental para que ellos jueguen un nuevo rol en el escenario mundial actual que se proyecta más multipolar.
Tiberio Graziani, experto del CEPRID indicó en un reciente artículo que “El BRICS introduce una praxis de cooperación que, respetando las identidades culturales de sus propios miembros, no se conjuga a la perfección con los planteamientos universalistas de las estructuras internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Banco Mundial (BM) y el fondo Monetario Internacional (FMI), basados, como es sabido, en criterios individualistas y mercantiles propios de las concepciones de carácter occidental”.
En ese sentido, varios especialistas aseguran que en un futuro no muy lejano el BRICS podría reemplazar al FMI debido a que en manos de este grupo se encuentra uno de los principales motores de crecimiento de la economía mundial.
En la reunión de finales de marzo se analizarán la situación alimentaria en el orbe, la seguridad energética, salud, ciencia, tecnología, urbanización, la forma de enfrentar la recesión mundial y la crisis financiera, la gobernabilidad global, y en especial la reforma de las organizaciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
Se prevé discutir la creación de un fondo de reservas conjunto que podría suplantar las deficiencias del FMI pues como se conoce, su dirección y gobernabilidad no representa al poder económico del orbe actual.
Esto se debe a que la distribución de cuotas y votos dentro de la organización financiera internacional no tiene en consideración la arquitectura económica mundial y naciones con destacados impulsos monetarios como China, India, Rusia y Brasil deberían tener más poder de decisión.
Para asentar un precedente en la reunión de Durban, el ministro de Finanzas de Sudáfrica, Pravin Gordhan, informó que las reservas totales de los miembros del grupo suman unos 4,5 billones de dólares y podrían ser usadas en caso de dificultades con las balanzas de pagos o en una crisis de divisas.
Además, en la ampliación de las proyecciones del grupo, agregó que los líderes del BRICS estudian discutir la posibilidad de crear un banco de desarrollo regional y un fondo de comercio.
Como en América Latina donde han surgido alianzas de integración regional que se extienden hacia otros escenarios globales, se puede afirmar que dentro del BRICS, la política esta marcando el camino estratégico y la economía se ha convertido en su brazo ejecutor.
Sus integrantes han observado de cerca los graves problemas que padecen las economías occidentales, y en el caso específico de la Unión Europea, los profundos ajustes impuestos por la llamada troika (Comisión Europea, Banco Central de Europa y FMI) para que Irlanda, España, Grecia y Portugal, paguen las deudas acumuladas, lo que solo beneficiará a los acreedores bancos de Alemania y Francia.
En conclusiones, mientras Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica abren puertas hacia nuevos horizontes multilaterales y de cooperación internacional, las perspectivas de avances económicos del occidente desarrollado se presentan muy débiles y se debaten con problemas de endeudamientos, desempleos y reducciones de programas sociales.
Esto se debe a que Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica que responden al acrónimo de BRICS, poseen la mitad de la población mundial, el 30 % de la superficie terrestre, el 25 % del PIB global y el 35 % de las reservas de divisas.
Cuentan con numerosos recursos naturales que van desde petróleo y gas (sobre todo Rusia y Brasil) hasta bauxita, oro, plata, manganeso, níquel, fosfato, platino, tungsteno, plomo, zinc, estaño, uranio, carbón, diamantes, energía eléctrica). También producen alimentos y sus economías se compaginan pues lo que le puede faltar a uno, el otro lo posee.
En cuanto a las compañías petroleras estatales, podrán beneficiar a esas economías emergentes por una gran variedad de razones, entre las que se cuenta la generación de ingresos pues tienen como política común usar alto porcentaje de productos y servicios locales, lo que significa que cuando dichas empresas crecen, también lo hacen otros sectores de sus economías.
Actualmente, la mayoría de las reservas mundiales de petróleo están controladas por empresas estatales, (antes estaban en manos de transnacionales como Exxon, Chevron, Shell o BP) y han dejado una pequeña porción a las privadas, que tienen que trasladar su centro de atención al refinado y la distribución de combustible.
Los analistas aseguran que con las condiciones y recursos antes mencionados, junto al crecimiento económico que han tenido en los últimos años, los países del BRICS pueden atraer a nuevos miembros hacia el bloque.
Según el banco internacional de inversiones Goldman Sachs, el BRICS superará en 2032 el Producto Interno Bruto (PIB) de todas las economías desarrolladas.
La agrupación ya se ha convertido en una poderosa asociación de las principales economías emergentes y entre sus proyecciones se halla la de integrar a otros países como Corea del Sur, Indonesia y Vietnam.
Resulta innegable que las elevadas tasas de crecimiento y las posiciones de cooperación asumidas por sus miembros, con alianzas comerciales y económicas regionales e internacionales, constituyen un elemento fundamental para que ellos jueguen un nuevo rol en el escenario mundial actual que se proyecta más multipolar.
Tiberio Graziani, experto del CEPRID indicó en un reciente artículo que “El BRICS introduce una praxis de cooperación que, respetando las identidades culturales de sus propios miembros, no se conjuga a la perfección con los planteamientos universalistas de las estructuras internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Banco Mundial (BM) y el fondo Monetario Internacional (FMI), basados, como es sabido, en criterios individualistas y mercantiles propios de las concepciones de carácter occidental”.
En ese sentido, varios especialistas aseguran que en un futuro no muy lejano el BRICS podría reemplazar al FMI debido a que en manos de este grupo se encuentra uno de los principales motores de crecimiento de la economía mundial.
En la reunión de finales de marzo se analizarán la situación alimentaria en el orbe, la seguridad energética, salud, ciencia, tecnología, urbanización, la forma de enfrentar la recesión mundial y la crisis financiera, la gobernabilidad global, y en especial la reforma de las organizaciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
Se prevé discutir la creación de un fondo de reservas conjunto que podría suplantar las deficiencias del FMI pues como se conoce, su dirección y gobernabilidad no representa al poder económico del orbe actual.
Esto se debe a que la distribución de cuotas y votos dentro de la organización financiera internacional no tiene en consideración la arquitectura económica mundial y naciones con destacados impulsos monetarios como China, India, Rusia y Brasil deberían tener más poder de decisión.
Para asentar un precedente en la reunión de Durban, el ministro de Finanzas de Sudáfrica, Pravin Gordhan, informó que las reservas totales de los miembros del grupo suman unos 4,5 billones de dólares y podrían ser usadas en caso de dificultades con las balanzas de pagos o en una crisis de divisas.
Además, en la ampliación de las proyecciones del grupo, agregó que los líderes del BRICS estudian discutir la posibilidad de crear un banco de desarrollo regional y un fondo de comercio.
Como en América Latina donde han surgido alianzas de integración regional que se extienden hacia otros escenarios globales, se puede afirmar que dentro del BRICS, la política esta marcando el camino estratégico y la economía se ha convertido en su brazo ejecutor.
Sus integrantes han observado de cerca los graves problemas que padecen las economías occidentales, y en el caso específico de la Unión Europea, los profundos ajustes impuestos por la llamada troika (Comisión Europea, Banco Central de Europa y FMI) para que Irlanda, España, Grecia y Portugal, paguen las deudas acumuladas, lo que solo beneficiará a los acreedores bancos de Alemania y Francia.
En conclusiones, mientras Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica abren puertas hacia nuevos horizontes multilaterales y de cooperación internacional, las perspectivas de avances económicos del occidente desarrollado se presentan muy débiles y se debaten con problemas de endeudamientos, desempleos y reducciones de programas sociales.
Por: Hedelberto López Blanch
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