La mayoría de los
incrédulos no creyeron que la iniciativa surgida en La Habana el 14 de
diciembre de 2004, que por entonces se nombró Alternativa Bolivariana
para América Latina, iba a fortalecerse y convertirse en uno de los
mecanismos de integración y desarrollo más importantes para la región.
En contraposición, sus fundadores, los presidentes Hugo Chávez de Venezuela y Fidel Castro de Cuba, sabían que esa sería una de las formas más exitosas para combatir el proyecto estadounidense de crear un Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) que amenazaba con amarrar de forma neoliberal y neocolonial, a toda la zona con ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
El ALCA fue derrotado por los jefes de Estado latinoamericanos durante la IV Cumbre de las Américas celebrada en Mar del Plata, Argentina, en 2005 aunque no obstante, Estados Unidos firmó tratados de Libre Comercio con algunos países de la región, al estilo del rubricado con México en 1994 que mantienen al estado azteca atado de pies y manos al gigante del Norte.
El ALBA, que por iniciativa de Chávez pasó en 2007 a denominarse Alianza en vez de Alternativa, surgió con cuatro premisas fundamentales en sus relaciones: cooperación, solidaridad, complementación y respeto a la soberanía de los países.
Esos principios y la realización de un intercambio justo han posibilitado que su membresía continúe creciendo. Bolivia se adhierió en 2006; Nicaragua en 2007; la Mancomunidad de Dominica y Honduras en 2008 (este último país sale tras el golpe de Estado contra el presidente constitucional Manuel Zelaya); Antigua y Barbuda, Ecuador y San Vicente y las Granadinas en 2009.
Durante la celebración del Octavo aniversario del bloque efectuado en Caracas, el vicepresidente venezolano Nicolás Maduro enfatizó que el presente objetivo de la Alianza es incrementar el comercio entre sus miembros, consolidar el Banco del ALBA y las transacciones a través del Sistema Único de Compensación Regional de Pagos (SUCRE).
Esa moneda virtual con un valor de 1,25 dólares, surgió en octubre de 2009 para facilitar el intercambio comercial entre sus miembros sin depender del billete verde y que se fortalezca posteriormente para formar una unidad de reserva.
En 2011 se efectuaron 431 operaciones mediante ese mecanismo por un monto de 271 millones de sucres y en 2012 la cifra llegará a 1 000 millones, principalmente entre Venezuela, Ecuador, Bolivia y Cuba. El parlamento nicaragüense aprobó recientemente su integración a ese sistema.
Se espera que los intercambios mediante el SUCRE ocupen el 30 % del comercio interno de la Alianza en los próximos años.
Para 2013 está programada la consolidación del aumento de la inversión industrial y del Banco del ALBA. Este último nació en 2008, durante la IV Cumbre del organismo, con un capital autorizado de 2 000 millones de dólares y 1 000 millones de dólares de capital suscrito para financiar proyectos de impactos sociales que, por tener un plazo de recuperación largo, generalmente no son asumidos por la banca comercial.
Durante la XI Cumbre efectuada en Caracas en febrero de 2011, los jefes de Estado y Gobierno acordaron crear el fondo de reserva del Banco con la incorporación del 1 % de las reservas internacionales de sus miembros con monedas libremente convertibles y con oro, para tener mayor fuerza económica.
En esa ocasión se explicó que la capitalización del Banco es fundamental para la integración financiera, mediante inversiones estratégicas que permitan apuntalar la nueva arquitectura productiva regional y disminuir la dependencia de los organismos financieros internacionales como el BM y el FMI cuyos accionares políticos han sido históricamente desastrosos para los países del sur.
En esa Cumbre se puso de manifiesto la pujanza del Grupo tras los pedidos de Surinam, Santa Lucía y Haití de integrarse al bloque, primeramente como miembros especiales y después con plenos derechos y deberes.
Auspiciado por el ALBA y por iniciativa del presidente Chávez, en 2005
surgió PETROCARIBE mediante el cual Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA)
financia parte de la factura a mediano y largo plazos a cerca de 20
miembros, e incluye la posibilidad de hacer pagos en bienes y servicios.
Si
la voluntad solidaria de la Revolución Bolivariana con los países de la
región no se hubiera puesto de manifiesto a través de PETROCARIBE, la
situación económica de sus integrantes sería sumamente grave, debido al
desmedido aumento en los precios de los hidrocarburos.
A partir
de 2007 se instauraron las bases para los llamados proyectos y empresas
Grannacionales, en alusión a la concepción de Patria Grande esbozada por
Simón Bolívar hace dos siglos.
Las empresas Grannacionales se
han formado en forma bilateral o en conjunto en las áreas de educación,
cultura, salud, energía, minería, telecomunicación, transporte,
vivienda, vialidad, alimentación. También pueden participar otros países
con la aprobación de sus miembros.
Los programas sociales han
sido impulsados con fuerza sobre todo la atención médica de los
habitantes, extensión de la educación, eliminación de poblados
insalubres, servicios de agua potable y de alcantarillado y solución de
los problemas alimentarios.
Tres países, Venezuela, Bolivia y
Nicaragua, fueron declarados por la UNESCO libres de analfabetismo con
ayuda del programa cubano Yo Si Puedo, mientras se impulsa la
participación masiva de los pobladores en la enseñanza primaria,
secundaria y universitaria.
La atención médica, que ha llegado
hasta sectores antes olvidados como los discapacitados, se ha extendido
por la geografía de las naciones del ALBA.
Son muchos los
aciertos de este bloque de integración solidaria latinoamericana que ha
tenido que enfrentar también desafíos como el golpe de Estado contra uno
de sus miembros, Honduras, así como las intentonas golpistas contra
Venezuela, Bolivia y Ecuador.
Pero resulta innegable que el ALBA,
a ocho años de fundada, se ha convertido en el segundo bloque de
importancia geoestratégica que impulsa la eliminación de las
injusticias, inequidades y pobrezas dejadas durante décadas en la región
por el saqueo de gobiernos estadounidenses, las compañías
transnacionales, el FMI y el BM. Como afirmó en una ocasión el
presidente Chávez, “El ALBA es la unión para ser libres”.
Por: Hedelberto López Blanch
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