La reciente XII Cumbre Iberoamericana efectuada en Cadiz, resultó una de las más efectivas lecciones económicas ofrecidas por países de América Latina a los decadentes sistemas neoliberales europeos, y en especial a España y Portugal, envueltos en una profunda crisis.
América Latina se presentó en el escenario europeo con el mérito de haber esquivado la enorme crisis económico-financiera que padecen las naciones desarrolladas desde 2008, y haberlo realizado con métodos propios, mediante una mayor integración regional y sin tener encima la espada de Damocles que representan las reglas que imponen el Fondo
Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), cuando otorgan créditos con altos impuestos.
Los escenarios que se observaban en las décadas de 1980 y 1990 en Latinoamérica donde eran continuas las manifestaciones obreras y estudiantiles en reclamo de reivindicaciones económicas y sociales con la consecuente represión policial autorizada por gobiernos
prooccidentales y neoliberales, se suceden ahora a lo largo y ancho de casi todos los países de la Unión Europea.
En este peyorativo renglón destaca actualmente España que desde hace varios años ha sido escenario de grandes manifestaciones, reprimidas con fuerza por el gobierno, por el hecho de reclamar sus habitantes, puestos de trabajo (25 % de desempleo) y rechazar las rebajas de
sueldos y otras medidas de austeridad que han provocado, entre otras situaciones que en la nación ibérica existan actualmente 2 267 000 de menores que viven por debajo del umbral de pobreza.
Profunda es la crisis económica y social por la que atraviesa España y dramática ha sido la forma que el gobierno del Partido Popular ha tratado de amortiguarla.
Bajo esas condiciones, América Latina se presentó en la Cumbre con un panorama completamente distinto pues según informe de la CEPAL, crecerá este año un 3,2 % y 4 % en 2013.
Las tasas de desempleo en 2012 serán de un 6,5 % en la región, frente a un 8 % en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y un 11,5 % en la zona euro, con tendencia a aumentar a un 12 % en 2013.
El estudio indicó que América Latina ha fortalecido su posición en términos de reservas internacionales, un 16 % del PIB, y muchos países de la región tienen una deuda relativamente baja y buen acceso a financiación internacional, lo que permitirá evitar una contracción
economica.
La casi totalidad de oradores latinoamericanos en la Cumbre significaron al rey Juan Carlos y al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy que aplicar medidas de ajustes económicos para intentar resolver la crisis motivada por las propias leyes neoliberales del
sistema capitalista, ha provocado incrementar la desfavorable situación económica de la población europea a expensas de un reducido grupo de millonarios.
Ellos dejaron claro que la baja producción, el alto desempleo, la disminución del consumo y los recortes sociales solo agudizarán la recesión y retrasarán la cada vez más difícil recuperación.
En ese contexto, el canciller cubano Bruno Rodríguez señaló que la actual situación global está signada por el orden económico desigual, la naturaleza irracional e insostenible del modelo capitalista de producción y consumo, y el daño ambiental.
Consideró inviables las políticas gubernamentales que se toman en Europa para enfrentar la crisis económica actual y remarcó que la represión de los movimientos sociales que protestan contra los severos recortes sociales, no conduce a la solución del problema.
Seguidamente expuso que el auge de los esfuerzos de latinoamericanos y caribeños por enfrentar la exclusión, la injusticia y la injerencia externa, modifica inexorablemente el papel de las cumbres iberoamericanas.
El presidente ecuatoriano Rafael Correa en su discurso sentenció que el neoliberalismo y sus recetas no sirven para salir de la actual crisis en la que está sumido el mundo occidental pues el problema de los desahucios, resultante de la profunda crisis económica y elevado
desempleo en España, es una muestra de la supremacía del capital sobre los seres humanos.
Asimismo, criticó las políticas de austeridad que afectan a la mayoría y solo benefician a pocos, la deuda pública “en parte ficticia”, porque los acreedores son los bancos centrales y recordó la crisis de la deuda externa que sufrió América Latina en la década de los años 90
y que para Ecuador supuso “la mayor confiscación de dinero” de su historia, debido a los intereses que tenía que pagar. “La historia se repite ahora en Europa”, dijo al pedir a los europeos que no cometan los mismos errores de los latinoamericanos de acumular
deudas con elevados intereses.
Para el presidente boliviano Evo Morales, la única forma de tener nuevas relaciones con Europa es la de cerrar las venas abiertas de América Latina para bien de nuestros pueblos, al parafrasear el título de la obra del uruguayo Eduardo Galeano, que prueban el constante
saqueo de recursos naturales que sufrió el continente por parte de imperios coloniales desde el siglo XV hasta finales del siglo XX.
Explicó al foro, cómo el crecimiento económico sostenido de su país, después de la nacionalización de sus recursos naturales, particularmente hidrocarburos, permitieron cambiar la economía nacional y establecer servicios básicos de agua, energía y comunicaciones, como un derecho humano. El vicepresidente de la Argentina, Amado Boudou, les recordó a españoles y portugueses que “nuestra experiencia nos ha enseñado que las políticas de ajuste
fiscal van en contra de la recuperación económica, y el riesgo de insistir con recetas que han fracaso es demasiado alto". Boudou alertó que "tales políticas de ajuste agravan la situación en los países que las aplican y representan un riesgo para la economía mundial por la
masiva reducción de la demanda global agregada".
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, criticó en forma contundente y clara las políticas de austeridad impulsadas en Europa y que concretamente en España y Portugal están "empeorando la vida de los ciudadanos". Rousseff manifestó que esas medias "aunque alejan el quiste de una quiebra financiera, no apartan la desconfianza de los mercados, y aún más importante, no desvían la desconfianza de las poblaciones". "La austeridad ni siquiera ha sido capaz de consolidar su objetivo principal, el equilibrio fiscal, pues en virtud del bajo crecimiento y del austero corte de gastos, se asiste ahora al crecimiento de los déficit fiscales y no su reducción", indicó.
En resumen, América Latina fue a la XII Cumbre Iberoamericana a expresar sus inquietudes sobre las políticas neoliberales y de privatizaciones extremas en detrimento de las grandes mayorías y también a tender una mano a las naciones europeas que padecen hoy una
de las más graves crisis de su historia.
Pero al parecer las ínfulas de aquellos antiguos colonialistas españoles y portugueses que invadieron hace siglos numerosos países latinoamericanos, aun permanecen activas en sus nuevos funcionarios.
En la conferencia de prensa final de la Cumbre, una periodista le preguntó a Manuel Rajoy sobre las críticas que habían formulado varios mandatarios a su extrema política de austeridad y el presidente solo atinó a decir: "No escuché nada, no se de dónde sacó usted eso".
América Latina se presentó en el escenario europeo con el mérito de haber esquivado la enorme crisis económico-financiera que padecen las naciones desarrolladas desde 2008, y haberlo realizado con métodos propios, mediante una mayor integración regional y sin tener encima la espada de Damocles que representan las reglas que imponen el Fondo
Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), cuando otorgan créditos con altos impuestos.
Los escenarios que se observaban en las décadas de 1980 y 1990 en Latinoamérica donde eran continuas las manifestaciones obreras y estudiantiles en reclamo de reivindicaciones económicas y sociales con la consecuente represión policial autorizada por gobiernos
prooccidentales y neoliberales, se suceden ahora a lo largo y ancho de casi todos los países de la Unión Europea.
En este peyorativo renglón destaca actualmente España que desde hace varios años ha sido escenario de grandes manifestaciones, reprimidas con fuerza por el gobierno, por el hecho de reclamar sus habitantes, puestos de trabajo (25 % de desempleo) y rechazar las rebajas de
sueldos y otras medidas de austeridad que han provocado, entre otras situaciones que en la nación ibérica existan actualmente 2 267 000 de menores que viven por debajo del umbral de pobreza.
Profunda es la crisis económica y social por la que atraviesa España y dramática ha sido la forma que el gobierno del Partido Popular ha tratado de amortiguarla.
Bajo esas condiciones, América Latina se presentó en la Cumbre con un panorama completamente distinto pues según informe de la CEPAL, crecerá este año un 3,2 % y 4 % en 2013.
Las tasas de desempleo en 2012 serán de un 6,5 % en la región, frente a un 8 % en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y un 11,5 % en la zona euro, con tendencia a aumentar a un 12 % en 2013.
El estudio indicó que América Latina ha fortalecido su posición en términos de reservas internacionales, un 16 % del PIB, y muchos países de la región tienen una deuda relativamente baja y buen acceso a financiación internacional, lo que permitirá evitar una contracción
economica.
La casi totalidad de oradores latinoamericanos en la Cumbre significaron al rey Juan Carlos y al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy que aplicar medidas de ajustes económicos para intentar resolver la crisis motivada por las propias leyes neoliberales del
sistema capitalista, ha provocado incrementar la desfavorable situación económica de la población europea a expensas de un reducido grupo de millonarios.
Ellos dejaron claro que la baja producción, el alto desempleo, la disminución del consumo y los recortes sociales solo agudizarán la recesión y retrasarán la cada vez más difícil recuperación.
En ese contexto, el canciller cubano Bruno Rodríguez señaló que la actual situación global está signada por el orden económico desigual, la naturaleza irracional e insostenible del modelo capitalista de producción y consumo, y el daño ambiental.
Consideró inviables las políticas gubernamentales que se toman en Europa para enfrentar la crisis económica actual y remarcó que la represión de los movimientos sociales que protestan contra los severos recortes sociales, no conduce a la solución del problema.
Seguidamente expuso que el auge de los esfuerzos de latinoamericanos y caribeños por enfrentar la exclusión, la injusticia y la injerencia externa, modifica inexorablemente el papel de las cumbres iberoamericanas.
El presidente ecuatoriano Rafael Correa en su discurso sentenció que el neoliberalismo y sus recetas no sirven para salir de la actual crisis en la que está sumido el mundo occidental pues el problema de los desahucios, resultante de la profunda crisis económica y elevado
desempleo en España, es una muestra de la supremacía del capital sobre los seres humanos.
Asimismo, criticó las políticas de austeridad que afectan a la mayoría y solo benefician a pocos, la deuda pública “en parte ficticia”, porque los acreedores son los bancos centrales y recordó la crisis de la deuda externa que sufrió América Latina en la década de los años 90
y que para Ecuador supuso “la mayor confiscación de dinero” de su historia, debido a los intereses que tenía que pagar. “La historia se repite ahora en Europa”, dijo al pedir a los europeos que no cometan los mismos errores de los latinoamericanos de acumular
deudas con elevados intereses.
Para el presidente boliviano Evo Morales, la única forma de tener nuevas relaciones con Europa es la de cerrar las venas abiertas de América Latina para bien de nuestros pueblos, al parafrasear el título de la obra del uruguayo Eduardo Galeano, que prueban el constante
saqueo de recursos naturales que sufrió el continente por parte de imperios coloniales desde el siglo XV hasta finales del siglo XX.
Explicó al foro, cómo el crecimiento económico sostenido de su país, después de la nacionalización de sus recursos naturales, particularmente hidrocarburos, permitieron cambiar la economía nacional y establecer servicios básicos de agua, energía y comunicaciones, como un derecho humano. El vicepresidente de la Argentina, Amado Boudou, les recordó a españoles y portugueses que “nuestra experiencia nos ha enseñado que las políticas de ajuste
fiscal van en contra de la recuperación económica, y el riesgo de insistir con recetas que han fracaso es demasiado alto". Boudou alertó que "tales políticas de ajuste agravan la situación en los países que las aplican y representan un riesgo para la economía mundial por la
masiva reducción de la demanda global agregada".
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, criticó en forma contundente y clara las políticas de austeridad impulsadas en Europa y que concretamente en España y Portugal están "empeorando la vida de los ciudadanos". Rousseff manifestó que esas medias "aunque alejan el quiste de una quiebra financiera, no apartan la desconfianza de los mercados, y aún más importante, no desvían la desconfianza de las poblaciones". "La austeridad ni siquiera ha sido capaz de consolidar su objetivo principal, el equilibrio fiscal, pues en virtud del bajo crecimiento y del austero corte de gastos, se asiste ahora al crecimiento de los déficit fiscales y no su reducción", indicó.
En resumen, América Latina fue a la XII Cumbre Iberoamericana a expresar sus inquietudes sobre las políticas neoliberales y de privatizaciones extremas en detrimento de las grandes mayorías y también a tender una mano a las naciones europeas que padecen hoy una
de las más graves crisis de su historia.
Pero al parecer las ínfulas de aquellos antiguos colonialistas españoles y portugueses que invadieron hace siglos numerosos países latinoamericanos, aun permanecen activas en sus nuevos funcionarios.
En la conferencia de prensa final de la Cumbre, una periodista le preguntó a Manuel Rajoy sobre las críticas que habían formulado varios mandatarios a su extrema política de austeridad y el presidente solo atinó a decir: "No escuché nada, no se de dónde sacó usted eso".
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